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Ezequiel 1

1 En el día quinto del mes cuarto del año treinta, mientras me encontraba entre los deportados a orillas del río Quebar, los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios.
2 Habían pasado cinco años y cinco meses desde que el rey Joaquín fue deportado.
3 (En este tiempo, mientras Ezequiel hijo de Buzí estaba a orillas del río Quebar, en la tierra de los caldeos, el SEÑOR le dirigió la palabra, y su mano se posó sobre él.)
4 De pronto me fijé y vi que del norte venían un viento huracanado y una nube inmensa rodeada de un fuego fulgurante y de un gran resplandor. En medio del fuego se veía algo semejante a un metal refulgente.
5 También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes,
6 cada uno de los cuales tenía cuatro caras y cuatro alas.
7 Sus piernas eran rectas, y sus pies parecían pezuñas de becerro y brillaban como el bronce bruñido.
8 En sus cuatro costados, debajo de las alas, tenían manos humanas. Estos cuatro seres tenían caras y alas,
9 y las alas se tocaban entre sí. Cuando avanzaban no se volvían, sino que cada uno caminaba de frente.
10 Sus rostros tenían el siguiente aspecto: de frente, los cuatro tenían rostro humano; a la derecha tenían cara de león; a la izquierda, de toro; y por detrás, de águila.
11 Tales eran sus caras. Sus alas se desplegaban hacia arriba. Con dos alas se tocaban entre sí, mientras que con las otras dos se cubrían el cuerpo.
12 Los cuatro seres avanzaban de frente. Iban adonde el espíritu los impulsaba, y no se volvían al andar.
13 Estos seres vivientes parecían carbones encendidos, o antorchas, que se movían de un lado a otro. El fuego resplandecía, y de él se desprendían relámpagos.
14 Los seres vivientes se desplazaban de un lado a otro con la rapidez de un rayo.
15 Miré a los seres vivientes de cuatro caras, y vi que en el suelo, junto a cada uno de ellos, había una rueda.
16 Las cuatro ruedas tenían el mismo aspecto, es decir, brillaban como el topacio y tenían la misma forma. Su estructura era tal que cada rueda parecía estar encajada dentro de la otra.
17 Las ruedas podían avanzar en las cuatro direcciones sin tener que volverse.
18 Las cuatro ruedas tenían grandes aros y estaban llenas de ojos por todas partes.
19 Cuando los seres vivientes avanzaban, las ruedas a su lado hacían lo mismo, y cuando se levantaban del suelo, también se levantaban las ruedas.
20 Los seres iban adonde el espíritu los impulsaba, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
21 Cuando los seres se movían, las ruedas también se movían; cuando se detenían, las ruedas también se detenían; cuando se elevaban del suelo, las ruedas también se elevaban. Las ruedas hacían lo mismo que ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
22 Sobre las cabezas de los seres vivientes había una especie de bóveda, muy hermosa y reluciente como el cristal.
23 Debajo de la bóveda las alas de estos seres se extendían y se tocaban entre sí, y cada uno de ellos tenía otras dos alas con las que se cubría el cuerpo.
24 Cuando los seres avanzaban, yo podía oír el ruido de sus alas: era como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso, como el tumultuoso ruido de un campamento militar. Cuando se detenían, replegaban sus alas.
25 Luego, mientras estaban parados con sus alas replegadas, se produjo un estruendo por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas.
26 Por encima de esa bóveda había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía un trono había una figura de aspecto humano.
27 De lo que parecía ser su cintura para arriba, vi algo que brillaba como el metal bruñido, rodeado de fuego. De su cintura para abajo, vi algo semejante al fuego, y un resplandor a su alrededor.
28 El resplandor era semejante al del arco iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia. Tal era el aspecto de la gloria del SEÑOR. Ante esa visión, caí rostro en tierra y oí que una voz me hablaba.
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Ezequiel 2

1 Esa voz me dijo: «Hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte».
2 Mientras me hablaba, el Espíritu entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y pude oír al que me hablaba.
3 Me dijo: «Hijo de hombre, te voy a enviar a los israelitas. Es una nación rebelde que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus antepasados se han rebelado contra mí hasta el día de hoy.
4 Te estoy enviando a un pueblo obstinado y terco, al que deberás advertirle: “Así dice el SEÑOR omnipotente”.
5 Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero al menos sabrán que entre ellos hay un profeta.
6 Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de sus palabras, por más que estés en medio de cardos y espinas, y vivas rodeado de escorpiones. No temas por lo que digan, ni te sientas atemorizado, porque son un pueblo obstinado.
7 Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero tú les proclamarás mis palabras.
8 Tú, hijo de hombre, atiende bien a lo que te voy a decir, y no seas rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar».
9 Entonces miré, y vi que una mano con un rollo escrito se extendía hacia mí.
10 La mano abrió ante mis ojos el rollo, el cual estaba escrito por ambos lados, y contenía lamentos, gemidos y amenazas.
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Ezequiel 3

1 Y me dijo: «Hijo de hombre, cómete este rollo escrito, y luego ve a hablarles a los israelitas».
2 Yo abrí la boca y él hizo que me comiera el rollo.
3 Luego me dijo: «Hijo de hombre, cómete el rollo que te estoy dando hasta que te sacies». Y yo me lo comí, y era tan dulce como la miel.
4 Otra vez me dijo: «Hijo de hombre, ve a la nación de Israel y proclámale mis palabras.
5 No te envío a un pueblo de lenguaje complicado y difícil de entender, sino a la nación de Israel.
6 No te mando a naciones numerosas de lenguaje complicado y difícil de entender, aunque si te hubiera mandado a ellas seguramente te escucharían.
7 Pero el pueblo de Israel no va a escucharte porque no quiere obedecerme. Todo el pueblo de Israel es terco y obstinado.
8 No obstante, yo te haré tan terco y obstinado como ellos.
9 ¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! No les tengas miedo ni te asustes, por más que sean un pueblo rebelde».
10 Luego me dijo: «Hijo de hombre, escucha bien todo lo que voy a decirte, y atesóralo en tu corazón.
11 Ahora ve adonde están exiliados tus compatriotas. Tal vez te escuchen, tal vez no; pero tú adviérteles: “Así dice el SEÑOR omnipotente”».
12 Entonces el Espíritu de Dios me levantó, y detrás de mí oí decir con el estruendo de un terremoto: «¡Bendita sea la gloria del SEÑOR, donde él habita!»
13 Oí el ruido de las alas de los seres vivientes al rozarse unas con otras, y el de las ruedas que estaban junto a ellas, y el ruido era estruendoso.
14 El Espíritu me levantó y se apoderó de mí, y me fui amargado y enardecido, mientras la mano del SEÑOR me sujetaba con fuerza.
15 Así llegué a Tel Aviv, a orillas del río Quebar, adonde estaban los israelitas exiliados, y totalmente abatido me quedé con ellos durante siete días.
16 Al cabo de los siete días, el SEÑOR me dijo lo siguiente:
17 «Hijo de hombre, a ti te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Por tanto, cuando oigas mi palabra, adviértele de mi parte
18 al malvado: “Estás condenado a muerte”. Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte.
19 En cambio, si tú se lo adviertes, y él no se arrepiente de su maldad ni de su mala conducta, morirá por causa de su pecado, pero tú habrás salvado tu vida.
20 Por otra parte, si un justo se desvía de su buena conducta y hace lo malo, y yo lo hago tropezar y tú no se lo adviertes, él morirá sin que se le tome en cuenta todo el bien que haya hecho. Por no haberle hecho ver su maldad, él morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte.
21 Pero si tú le adviertes al justo que no peque, y en efecto él no peca, él seguirá viviendo porque hizo caso de tu advertencia, y tú habrás salvado tu vida».
22 Luego el SEÑOR puso su mano sobre mí, y me dijo: «Levántate y dirígete al campo, que allí voy a hablarte».
23 Yo me levanté y salí al campo. Allí vi la gloria del SEÑOR, tal como la había visto a orillas del río Quebar, y caí rostro en tierra.
24 Entonces el Espíritu de Dios entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y me dijo: «Ve y enciérrate en tu casa.
25 A ti, hijo de hombre, te atarán con sogas para que no puedas salir ni andar entre el pueblo.
26 Yo haré que se te pegue la lengua al paladar, y así te quedarás mudo y no podrás reprenderlos, por más que sean un pueblo rebelde.
27 Pero cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás: “Así dice el SEÑOR omnipotente”. El que quiera oír, que oiga; y el que no quiera, que no oiga, porque son un pueblo rebelde.
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Ezequiel 4

1 »Hijo de hombre, toma ahora un ladrillo, ponlo delante de ti y dibuja en él la ciudad de Jerusalén.
2 Acampa a su alrededor y ponle sitio; levanta torres de asalto contra ella y construye una rampa que llegue hasta la ciudad; instala máquinas para derribar sus murallas.
3 Toma una plancha de hierro y colócala como un muro entre ti y la ciudad, y fija tu mirada contra ella. De esa manera quedará sitiada: tú mismo la sitiarás. Eso les servirá de señal a los israelitas.
4 »Acuéstate sobre tu lado izquierdo, y echa sobre ti la culpa de los israelitas. Todo el tiempo que estés acostado sobre ese lado, cargarás con sus culpas.
5 Yo te he puesto un plazo de trescientos noventa días, es decir, un lapso de tiempo equivalente a los años de la culpa de Israel.
6 Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho, y cuarenta días cargarás con la culpa del pueblo de Judá, o sea, un día por cada año.
7 Luego mirarás el asedio de Jerusalén, y con brazo amenazante profetizarás contra ella.
8 Yo te ataré con sogas para que no puedas darte vuelta de un lado a otro mientras no se cumplan los días del asedio.
9 »Toma trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena; viértelos en un recipiente y amásalos para hacer pan, pues ese será tu alimento durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo.
10 Cada día comerás, a una hora fija, una ración de un cuarto de kilo.
11 También a una hora fija beberás medio litro de agua.
12 Cocerás ese pan con excremento humano, y a la vista de todos lo comerás, como si fuera una torta de cebada».
13 Luego el SEÑOR añadió: «De igual manera, los israelitas comerán alimentos impuros en medio de las naciones por donde los voy a dispersar».
14 Entonces exclamé: «¡No, SEÑOR mi Dios! ¡Yo jamás me he contaminado con nada! Desde mi niñez y hasta el día de hoy, jamás he comido carne de ningún animal que se haya encontrado muerto, o que haya sido despedazado por las fieras. ¡Por mi boca no ha entrado ningún tipo de carne impura!»
15 «Está bien —me respondió—, te doy permiso para que hornees tu pan con excremento de vaca en vez de excremento humano».
16 Luego me dijo: «Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el trigo en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado y con mucha angustia; también el agua será racionada, la beberán con mucha ansiedad.
17 Escasearán el pan y el agua, y cuando cada uno vea la condición del otro, todos irán perdiendo las fuerzas y acabarán muriéndose a causa de sus pecados.
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Ezequiel 5

1 »Tú, hijo de hombre, toma ahora una espada afilada, y úsala como navaja de afeitar para raparte la cabeza y afeitarte la barba. Toma luego una balanza y divide tu cabello cortado.
2 Cuando se cumplan los días del sitio, quemarás en medio de la ciudad una tercera parte del cabello; otra tercera parte la cortarás con la espada alrededor de la ciudad, y la parte restante la esparcirás al viento. Yo, por mi parte, desenvainaré la espada y perseguiré a sus habitantes.
3 Toma algunos de los cabellos y átalos al borde de tu manto.
4 Luego toma otros pocos y arrójalos en el fuego para que se quemen. Desde allí se extenderá el fuego sobre todo el pueblo de Israel.
5 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Esta es la ciudad de Jerusalén. Yo la coloqué en medio de las naciones y de los territorios a su alrededor.
6 Pero ella se rebeló contra mis leyes y decretos, con una perversidad mayor a la de las naciones y territorios vecinos. En otras palabras, rechazó por completo mis leyes y decretos.
7 »Por eso yo, el SEÑOR omnipotente, declaro: Ustedes han sido más rebeldes que las naciones a su alrededor; no han seguido mis decretos ni obedecido mis leyes, y ni siquiera se han sujetado a las costumbres de esas naciones.
8 Por lo tanto yo, el SEÑOR omnipotente, declaro: Estoy contra ti, Jerusalén, y te voy a castigar a la vista de todas las naciones.
9 Por causa de tus prácticas detestables, haré contigo lo que jamás he hecho ni volveré a hacer.
10 Entre ustedes habrá padres que se comerán a sus hijos, y también hijos que se comerán a sus padres. Yo los castigaré, y a quien sobreviva lo dispersaré por los cuatro vientos.
11 »Por esta razón yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo: Como ustedes han profanado mi santuario con sus ídolos repugnantes y con prácticas detestables, yo los destruiré sin misericordia y sin piedad.
12 Una tercera parte de tu pueblo morirá en tus calles por la peste y por el hambre; otra tercera parte caerá a filo de espada en tus alrededores, y a la tercera parte restante la dispersaré por los cuatro vientos. Yo desenvainaré la espada y perseguiré a la gente.
13 Entonces se apaciguará mi ira, mi enojo contra ellos será saciado, y me daré por satisfecho. Y cuando en mi celo haya desahogado mi enojo contra ellos, sabrán que yo, el SEÑOR, lo he dicho.
14 »Yo te convertiré en un montón de ruinas; te haré objeto de burla de todas las naciones que te rodean. Todos los que pasen junto a ti, lo verán.
15 Cuando yo te castigue con indignación, enojo y durísimos reproches, serás objeto de burla y de oprobio, y motivo de advertencia y escarmiento para las naciones que te rodean. Yo, el SEÑOR, lo he dicho.
16 »Yo te haré blanco del hambre, esa mortífera flecha que todo lo destruye. Dispararé a matar, pues traeré sobre ti hambre y escasez de provisiones.
17 Por si fuera poco, lanzaré contra ti animales salvajes que te dejarán sin hijos. Te verás abrumado por las plagas y por el derramamiento de sangre, pues haré que caigas a filo de espada. Yo, el SEÑOR, lo he dicho».
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Ezequiel 6

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, alza tu mirada hacia los cerros de Israel, y profetiza contra ellos.
3 Diles: “Escuchen, cerros de Israel, la palabra del SEÑOR. Esto dice el SEÑOR omnipotente a cerros y colinas, a ríos y valles: ‘Haré que venga contra ustedes la espada, y destruiré sus lugares de culto idolátrico.
4 Despedazaré sus altares, haré añicos sus quemadores de incienso, y haré también que sus muertos caigan frente a sus ídolos.
5 En efecto, delante de sus ídolos arrojaré los cadáveres de los israelitas, y esparciré sus huesos en torno a sus altares.
6 No importa dónde vivan ustedes, sus ciudades serán destruidas y sus lugares de culto idolátrico serán devastados. Sus altares quedarán completamente destrozados; sus ídolos, hechos un montón de ruinas; sus quemadores de incienso, hechos añicos. ¡Todas sus obras desaparecerán!
7 Su propia gente caerá muerta, y así sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR.
8 »”’Pero yo dejaré que algunos de ustedes se escapen de la muerte y queden esparcidos entre las naciones y los pueblos.
9 Los sobrevivientes se acordarán de mí en las naciones donde hayan sido llevados cautivos. Se acordarán de cómo sufrí por culpa de su corazón adúltero, y de cómo se apartaron de mí y se fueron tras sus ídolos. ¡Sentirán asco de ellos mismos por todas las maldades que hicieron y por sus obras repugnantes!
10 Entonces sabrán que yo, el SEÑOR, no los amenacé en vano con estas calamidades’”.
11 »Así dice el SEÑOR omnipotente: “Aplaude, patalea y grita: ‘¡Felicitaciones por todas las terribles abominaciones del pueblo de Israel!’ Morirán por la espada, el hambre y la peste.
12 Quien esté lejos perecerá por la peste, y quien esté cerca morirá a filo de espada, y el que quede con vida se morirá de hambre. Así descargaré sobre ellos toda mi ira,
13 y sus cadáveres quedarán tendidos entre sus ídolos y alrededor de sus altares, en las colinas altas y en las cumbres de los cerros, o debajo de todo árbol frondoso y de toda encina tupida, es decir, en los lugares donde ofrecieron incienso de olor agradable a sus ídolos. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR!
14 Extenderé mi mano contra ellos, y convertiré en tierra desolada su país y todo lugar donde habiten, desde el desierto hasta Riblá. ¡Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR!”»
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Ezequiel 7

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, así dice el SEÑOR omnipotente al pueblo de Israel: ¡Te llegó la hora! Ha llegado el fin para todo el país.
3 ¡Te ha llegado el fin! Descargaré mi ira sobre ti; te juzgaré según tu conducta y te pediré cuentas de todas tus acciones detestables.
4 No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo soy el SEÑOR.
5 »Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡Las desgracias se siguen unas a otras!
6 ¡Ya viene la hecatombe; tu fin es inminente!
7 Te ha llegado la hora, habitante del país. Ya viene la hora, ya se acerca el día. En las montañas no hay alegría sino pánico.
8 Ya estoy por descargar sobre ti mi furor; desahogaré mi enojo contra ti. Te juzgaré según tu conducta; te pediré cuentas por todas tus acciones detestables.
9 No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo, el SEÑOR, también puedo herir.
10 »¡Ya llegó el día! ¡Ya está aquí! ¡Tu suerte está echada! Florece la injusticia, germina el orgullo,
11 y la violencia produce frutos de maldad. Nada quedará de ustedes ni de su multitud; nada de su riqueza ni de su opulencia.
12 Llegó la hora; este es el día. Que no se alegre el que compra ni llore el que vende, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.
13 Y aunque el vendedor siga con vida, no recuperará lo vendido. Porque no se revocará la visión referente a toda su multitud, y por su culpa nadie podrá conservar la vida.
14 Aunque toquen la trompeta y preparen todo, nadie saldrá a la batalla, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.
15 »Allá afuera hay guerra; y aquí adentro, peste y hambre. El que esté en el campo morirá a filo de espada, y el que esté en la ciudad se morirá de hambre y de peste.
16 Los que logren escapar se quedarán en las montañas como palomas del valle, cada uno llorando por su maldad.
17 Desfallecerá todo brazo y temblará toda rodilla.
18 Se vestirán de luto, y el terror los dominará. Se llenarán de vergüenza y se convertirán en objeto de burla.
19 La plata la arrojarán a las calles, y el oro lo verán como basura. En el día de la ira del SEÑOR, ni su oro ni su plata podrán salvarlos, ni les servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de su caída.
20 Se enorgullecían de sus joyas hermosas, y las usaron para fabricar sus imágenes detestables y sus ídolos despreciables. Por esta razón convertiré esas joyas en algo repugnante.
21 Haré que vengan los extranjeros y se las roben, y que los malvados de la tierra se las lleven y las profanen.
22 Alejaré de ellos mi presencia, y mi templo será profanado; entrarán los invasores y lo profanarán.
23 »Prepara las cadenas porque el país se ha llenado de sangre, y la ciudad está llena de violencia.
24 Haré que las naciones más violentas vengan y se apoderen de sus casas. Pondré fin a la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
25 Cuando la desesperación los atrape, en vano buscarán la paz.
26 Una tras otra vendrán las desgracias, al igual que las malas noticias. Del profeta demandarán visiones; la instrucción se alejará del sacerdote, y a los jefes del pueblo no les quedarán consejos.
27 El rey hará duelo, el príncipe se cubrirá de tristeza, y temblarán las manos del pueblo. Yo los trataré según su conducta, y los juzgaré según sus acciones. Así sabrán que yo soy el SEÑOR».
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Ezequiel 8

1 En el día quinto del mes sexto del año sexto, yo estaba sentado en mi casa, junto con los jefes de Judá. De pronto, el SEÑOR puso su mano sobre mí.
2 Miré entonces, y vi una figura de aspecto humano: de la cintura para abajo, ardía como fuego; de la cintura para arriba, brillaba como el metal bruñido.
3 Aquella figura extendió lo que parecía ser una mano, y me tomó del cabello. Un viento me sostuvo entre la tierra y el cielo, y en visiones divinas me llevó a la parte norte de Jerusalén, hasta la entrada de la puerta interior, que es donde está el ídolo que provoca los celos de Dios.
4 Allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo.
5 Y Dios me dijo: «Hijo de hombre, levanta la vista hacia el norte». Yo miré en esa dirección, y en la entrada misma, al norte de la puerta del altar, vi el ídolo que provoca los celos de Dios.
6 También me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves las grandes abominaciones que cometen los israelitas en este lugar, y que me hacen alejarme de mi santuario? Realmente no has visto nada todavía; peores abominaciones verás».
7 Después me llevó a la entrada del atrio. En el muro había un boquete.
8 Entonces me dijo: «Hijo de hombre, agranda el boquete del muro». Yo agrandé el boquete en el muro y me encontré con una puerta.
9 Dios me dijo: «Entra y observa las abominaciones que allí se cometen».
10 Yo entré y a lo largo del muro vi pinturas de todo tipo: figuras de reptiles y de otros animales repugnantes, y de todos los ídolos de Israel.
11 Setenta jefes israelitas estaban de pie frente a los ídolos, rindiéndoles culto. Entre ellos se encontraba Jazanías hijo de Safán. Cada uno tenía en la mano un incensario, del cual subía una fragante nube de incienso.
12 Y él me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen los jefes israelitas en los oscuros nichos de sus ídolos? Andan diciendo: “No hay ningún SEÑOR que nos vea. El SEÑOR ha abandonado el país”».
13 Y añadió: «Ya los verás cometer mayores atrocidades».
14 Luego me llevó a la entrada del templo del SEÑOR, a la puerta que da hacia el norte. Allí estaban unas mujeres sentadas, que lloraban por el dios Tamuz.
15 Entonces Dios me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? Pues aún las verás cometer mayores atrocidades».
16 Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del SEÑOR.
17 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándose por la nariz sus pestilentes ramos!
18 Por eso, voy a actuar con furor. No les tendré piedad ni compasión. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé!»
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Ezequiel 9

1 Después oí que Dios clamaba con fuerte voz: «¡Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano!»
2 Entonces vi que por el camino de la puerta superior que da hacia el norte venían seis hombres, cada uno con un arma mortal en la mano. Con ellos venía un hombre vestido de lino, que llevaba en la cintura un estuche de escriba. Todos ellos entraron y se pararon junto al altar de bronce.
3 La gloria del Dios de Israel, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. Al hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba, el SEÑOR lo llamó
4 y le dijo: «Recorre la ciudad de Jerusalén, y coloca una señal en la frente de quienes giman y hagan lamentación por todos los actos detestables que se cometen en la ciudad».
5 Pero oí que a los otros les dijo: «Síganlo. Recorran la ciudad y maten sin piedad ni compasión.
6 Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal». Y aquellos hombres comenzaron por matar a los viejos que estaban frente al templo.
7 Después les dijo: «Salgan y profanen el templo; llenen de cadáveres los atrios».Ellos salieron y comenzaron a matar gente en toda la ciudad.
8 Y mientras mataban, yo me quedé solo, caí rostro en tierra y grité: «¡Ay, SEÑOR y Dios! ¿Descargarás tu furor sobre Jerusalén y destruirás a todo el resto de Israel?»
9 El SEÑOR me respondió: «La iniquidad del pueblo de Israel y de Judá es extremadamente grande. El país está lleno de violencia; la ciudad, llena de injusticia. Ellos piensan: “El SEÑOR ha abandonado el país. No hay ningún SEÑOR que vea”.
10 Por eso no les tendré piedad ni compasión, sino que les pediré cuentas de su conducta».
11 Entonces el hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba me informó: «Ya hice lo que me mandaste hacer».
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Ezequiel 10

1 Después miré, y sobre la bóveda que estaba encima de la cabeza de los querubines vi una especie de piedra de zafiro que tenía la forma de un trono.
2 Y el SEÑOR le dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre los querubines, y espárcelas por toda la ciudad». Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.
3 En el momento en que el hombre entró, los querubines estaban en la parte sur del templo y una nube llenaba el atrio interior.
4 Entonces la gloria del SEÑOR, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. La nube llenó el templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR.
5 El ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, y era semejante a la voz del Dios Todopoderoso.
6 El SEÑOR le ordenó al hombre vestido de lino: «Toma fuego de en medio de las ruedas que están entre los querubines». Así que el hombre fue y se paró entre las ruedas.
7 Uno de los querubines extendió la mano, tomó el fuego que estaba entre ellos, y lo puso en las manos del hombre vestido de lino, quien lo recibió y se fue.
8 (Debajo de las alas de los querubines se veía algo semejante a la mano de un hombre.)
9 Me fijé, y al lado de los querubines vi cuatro ruedas, una junto a cada uno de ellos. Las ruedas tenían un aspecto brillante como el crisólito.
10 Las cuatro ruedas se asemejaban, y parecía como si una rueda estuviera encajada en la otra.
11 Al avanzar, podían hacerlo en las cuatro direcciones sin necesidad de volverse. Avanzaban en la dirección a que apuntaba la cabeza del querubín, y no tenían que volverse.
12 Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.
13 Alcancé a oír que a las ruedas se les llamaba «La Rueda».
14 Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, de león; y la cuarta, de águila.
15 Los querubines, que eran los mismos seres que yo había visto junto al río Quebar, se elevaron.
16 Cuando avanzaban, las ruedas a su costado hacían lo mismo; cuando desplegaban sus alas para levantarse del suelo, las ruedas no se apartaban de ellos;
17 cuando se detenían, las ruedas hacían lo mismo; cuando se levantaban, las ruedas se levantaban también, porque el espíritu de esos seres vivientes estaba en las ruedas.
18 La gloria del SEÑOR se elevó por encima del umbral del templo y se detuvo sobre los querubines.
19 Y mientras yo miraba, los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo, y junto con las ruedas salieron y se detuvieron en la puerta oriental del templo del SEÑOR. La gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.
20 Eran los mismos seres vivientes que, estando yo junto al río Quebar, había visto debajo del Dios de Israel. Entonces me di cuenta de que eran querubines.
21 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo las alas tenían algo que se parecía a las manos de un hombre.
22 Sus caras eran iguales a las que yo había visto junto al río Quebar. Cada uno de ellos caminaba de frente.
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Ezequiel 11

1 Un viento me levantó y me llevó hasta la entrada oriental del templo del SEÑOR. A la entrada vi a veinticinco hombres, entre los cuales estaban Jazanías hijo de Azur y Pelatías hijo de Benaías, que eran jefes del pueblo.
2 Dios me dijo: «Hijo de hombre, estos son los que están tramando maldades y dando malos consejos en esta ciudad.
3 Dicen: “Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne”.
4 Por eso, hijo de hombre, profetiza contra ellos; ¡sí, profetiza!»
5 El Espíritu del SEÑOR vino sobre mí y me ordenó proclamar: «Así dice el SEÑOR: “Ustedes, pueblo de Israel, han dicho esto, y yo conozco sus pensamientos.
6 Han matado a mucha gente en esta ciudad y han llenado las calles de cadáveres.
7 Por eso yo, el SEÑOR omnipotente, les aseguro que los cadáveres que ustedes han arrojado en medio de la ciudad son la carne, y la ciudad es la olla de la que yo los arrojaré.
8 ¿Temen la guerra? Pues bien, yo, el SEÑOR omnipotente, declaro que enviaré guerra contra ustedes.
9 Los echaré de la ciudad, los entregaré en manos de extranjeros y los castigaré con justicia.
10 Morirán a filo de espada; yo los juzgaré en las mismas fronteras de Israel, y así sabrán que yo soy el SEÑOR.
11 La ciudad no les servirá de olla, ni serán ustedes la carne dentro de ella. Yo los juzgaré en la frontera misma de Israel.
12 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR. No han seguido mis decretos ni han cumplido con mis leyes, sino que han adoptado las costumbres de las naciones que los rodean”».
13 Mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaías cayó muerto. Entonces caí rostro en tierra y clamé a gritos: «¡Ay, SEÑOR mi Dios! ¿Vas a exterminar al resto de Israel?»
14 El SEÑOR me dirigió la palabra:
15 «Hijo de hombre, esto es lo que dicen los habitantes de Jerusalén en cuanto a tus hermanos, tus parientes y todo el pueblo de Israel: “Ellos se han alejado del SEÑOR, y por eso se nos ha dado esta tierra en posesión”.
16 Por tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Aunque los desterré a naciones lejanas y los dispersé por países extraños, por un tiempo les he servido de santuario en las tierras adonde han ido”.
17 »Adviérteles también que así dice el SEÑOR omnipotente: “Yo los reuniré de entre las naciones; los juntaré de los países donde han estado dispersos, y les daré la tierra de Israel.
18 Ellos volverán a su tierra y echarán de allí a los ídolos detestables y pondrán fin a las prácticas repugnantes.
19 Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne,
20 para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
21 Pero a los que van tras esos ídolos detestables y siguen prácticas repugnantes, yo les pediré cuentas de su conducta. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
22 Los querubines desplegaron sus alas. Las ruedas estaban junto a ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.
23 La gloria del SEÑOR se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el cerro que está al oriente de Jerusalén.
24 En una visión, un viento me levantó y me trasladó hasta donde estaban los exiliados en Babilonia; y la visión desapareció.
25 Entonces les comuniqué a los exiliados lo que el SEÑOR me había revelado.
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Ezequiel 12

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!
3 »Por tanto, hijo de hombre, prepara tu equipaje; prepáralo para el exilio, y a plena luz del día, a la vista de todos, saldrás como quien va exiliado sin destino fijo. Tal vez así entiendan, aunque son un pueblo rebelde.
4 Saca tu equipaje a plena luz del día, a la vista de todos, y al caer la tarde ponte en marcha, a la vista de todos, como quien va al exilio.
5 También en presencia de todos, abre un boquete en el muro y sal por ahí con tu equipaje.
6 Al llegar la noche, mientras todos te estén viendo, ponte en marcha con el equipaje al hombro. Cúbrete la cara para que no puedas ver la tierra, porque de ti he hecho un presagio para el pueblo de Israel».
7 Hice lo que se me había mandado, y a plena luz del día saqué mi bagaje, como quien va al exilio. Al caer la tarde abrí el boquete con mis propias manos, y al llegar la noche, en presencia de todos, salí con mi equipaje al hombro.
8 Por la mañana el SEÑOR me dirigió la palabra:
9 «Hijo de hombre, con toda seguridad el pueblo rebelde de Israel te preguntará: “¿Qué estás haciendo?”
10 Pero tú explícales: “Así dice el SEÑOR omnipotente: ‘Este mensaje se refiere al pueblo de Israel que vive en Jerusalén, y también a su gobernante’”.
11 Diles: “Yo soy un presagio para ustedes. Lo que hice yo, les va a pasar a ustedes, pues serán llevados cautivos al exilio”.
12 Y su gobernante se echará el equipaje al hombro, y saldrá de noche por un boquete que abrirán en el muro. Se cubrirá la cara para no ver la tierra.
13 Yo tenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Así lo llevaré a Babilonia, la tierra de los caldeos, pero no podrá verla porque allá morirá.
14 Dispersaré a los cuatro vientos a todos los que lo rodean, tanto a sus ayudantes como a todas sus tropas, y los perseguiré espada en mano.
15 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.»Cuando los haya dispersado y esparcido por las naciones,
16 dejaré que unos pocos de ellos se escapen de la guerra, del hambre y de la peste, para que en las naciones por donde vayan den cuenta de sus prácticas repugnantes. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR».
17 El SEÑOR me dirigió la palabra:
18 «Hijo de hombre, tiembla al comer tu pan, y llénate de espanto y miedo al beber tu agua.
19 Adviértele a la gente del país que así dice el SEÑOR omnipotente acerca de los que habitan en Jerusalén y en la tierra de Israel: “Con mucho miedo comerán su pan, y con gran angustia beberán su agua. Por la violencia de sus habitantes la tierra será despojada de todo lo que hay en ella.
20 Las ciudades habitadas serán arrasadas, y su país quedará en ruinas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR”».
21 El SEÑOR me dirigió la palabra:
22 «Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: “Se cumple el tiempo, pero no la visión”?
23 Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel”. Y adviérteles también: “Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones.
24 Pues ya no habrá visiones engañosas ni predicciones que susciten falsas expectativas en el pueblo de Israel.
25 Porque yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
26 El SEÑOR me dirigió la palabra:
27 «Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo.
28 Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
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Ezequiel 13

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, denuncia a los profetas de Israel que hacen vaticinios según sus propios delirios, y diles que escuchen la palabra del SEÑOR.
3 Así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de los profetas insensatos que, sin haber recibido ninguna visión, siguen su propia inspiración!
4 ¡Ay, Israel! Tus profetas son como chacales entre las ruinas.
5 No han ocupado su lugar en las brechas, ni han reparado los muros del pueblo de Israel, para que en el día del SEÑOR se mantenga firme en la batalla.
6 Sus visiones son falsas, y mentirosas sus adivinaciones. Dicen: ‘Lo afirma el SEÑOR’, pero el SEÑOR no los ha enviado; sin embargo, ellos esperan que se cumpla lo que profetizan.
7 ¿Acaso no son falsas sus visiones, y mentirosas sus adivinaciones, cuando dicen: ‘Lo afirma el SEÑOR’, sin que yo haya hablado?
8 »”Por tanto, así dice el SEÑOR omnipotente: A causa de sus palabras falsas y visiones mentirosas, aquí estoy contra ustedes. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
9 Levantaré mi mano contra los profetas; contra aquellos que tienen visiones falsas y ofrecen adivinaciones mentirosas. No participarán en la asamblea de mi pueblo, ni aparecerán sus nombres en los registros de los israelitas, ni entrarán en el país de Israel. Así sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR omnipotente.
10 »”Así es, en efecto. Estos profetas han engañado a mi pueblo diciendo: ‘¡Todo anda bien!’, pero las cosas no andan bien; construyen paredes endebles de hermosa fachada.
11 Pues diles a esos constructores que sus fachadas se vendrán abajo con una lluvia torrencial, abundante granizo y viento huracanado.
12 Y cuando la pared se haya caído, les preguntarán: ‘¿Qué pasó con la hermosa fachada?’
13 »”Por tanto, así dice el SEÑOR omnipotente: En mi furia desataré un viento huracanado; en mi ira, una lluvia torrencial; en mi furia, granizo destructor.
14 Echaré por los suelos la pared con su hermosa fachada; sus endebles cimientos quedarán al descubierto. Y cuando caiga, ustedes perecerán. Así sabrán que yo soy el SEÑOR.
15 Descargaré mi furia sobre esa pared y sobre los que hicieron su hermosa fachada. A ustedes les diré que ya no queda la pared ni los que hicieron su hermosa fachada:
16 esos profetas de Israel que profetizaban acerca de Jerusalén, y tenían visiones falsas, y anunciaban que todo andaba bien, cuando en realidad era todo lo contrario. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”.
17 »Y ahora tú, hijo de hombre, enfréntate a esas mujeres de tu pueblo que profetizan según sus propios delirios. ¡Denúncialas!
18 Adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de las que hacen objetos de hechicería y sortilegios para atrapar a la gente! ¿Acaso creen que pueden atrapar la vida de mi pueblo y salvar su propio pellejo?
19 Ustedes me han profanado delante de mi pueblo por un puñado de cebada y unas migajas de pan. Por las mentiras que dicen, y que mi pueblo cree, se mata a los que no deberían morir y se deja con vida a los que no merecen vivir.
20 »”Por tanto, así dice el SEÑOR omnipotente: Estoy contra sus hechicerías, con las que ustedes atrapan a la gente como a pájaros. Pero yo los liberaré de sus poderes mágicos, y los dejaré volar.
21 Rescataré a mi pueblo de esos sortilegios, para que dejen de ser presa en sus manos. Así sabrán que yo soy el SEÑOR.
22 Porque ustedes han descorazonado al justo con sus mentiras, sin que yo lo haya afligido. Han alentado al malvado para que no se convierta de su mala conducta y se salve.
23 Por eso ya no volverán a tener visiones falsas ni a practicar la adivinación. Yo rescataré a mi pueblo del poder de ustedes, y así sabrán que yo soy el SEÑOR”».
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Ezequiel 14

1 Unos jefes de Israel vinieron a visitarme, y se sentaron frente a mí.
2 Entonces el SEÑOR me dirigió la palabra:
3 «Hijo de hombre, estas personas han hecho de su corazón un altar de ídolos, y a su paso han colocado trampas que los hacen pecar. ¿Cómo voy a permitir que me consulten?
4 Por tanto, habla con ellos y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “A todo israelita que haya hecho de su corazón un altar de ídolos, y que después de haber colocado a su paso trampas que lo hagan pecar consulte al profeta, yo el SEÑOR le responderé según la multitud de sus ídolos.
5 Así cautivaré el corazón de los israelitas que por causa de todos esos ídolos se hayan alejado de mí”.
6 »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Arrepiéntanse! Apártense de una vez por todas de su idolatría y de toda práctica repugnante”.
7 Yo seré quien le responda a todo israelita o inmigrante que resida en Israel y que se haya alejado de mí: al que haya hecho de su corazón un altar de ídolos, o haya colocado ante sí trampas que lo hayan hecho pecar, y luego haya acudido al profeta para consultarme.
8 Me enfrentaré a él, y de él haré una señal de escarmiento, y lo extirparé de mi pueblo. Así sabrán que yo soy el SEÑOR.
9 »Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el SEÑOR, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él, y lo haré pedazos en presencia de mi pueblo.
10 Tanto el profeta como quien lo haya consultado cargarán con la misma culpa,
11 para que el pueblo de Israel ya no se aparte de mí ni vuelva a mancharse con sus pecados. Entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
12 El SEÑOR me dirigió la palabra:
13 «Hijo de hombre, si un país peca contra mí y persiste en su infidelidad, yo levantaré mi mano contra él; le quitaré las provisiones, lo sumiré en el hambre, y arrasaré a sus habitantes y a sus animales.
14 Y aun si Noé, Daniel y Job vivieran en ese país, solo ellos se salvarían por su justicia. Lo afirmo yo, el SEÑOR omnipotente.
15 »Y si por todo el país yo mandara bestias feroces que lo arrasaran y lo convirtieran en desierto desolado, de modo que por temor a las fieras nadie se atreviera a pasar,
16 aun si aquellos tres hombres vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían, pero el país quedaría desolado. ¡Yo, el SEÑOR omnipotente, lo juro por mí mismo!
17 »Y si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales,
18 aun si aquellos tres hombres vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían. ¡Yo, el SEÑOR omnipotente, lo juro por mí mismo!
19 »Y si yo enviara peste a ese país y derramara sobre él mi ira mortal para eliminar a sus habitantes y a sus animales,
20 aun si Noé, Daniel y Job vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Solo ellos se salvarían por su justicia. ¡Yo, el SEÑOR omnipotente, lo juro por mí mismo!
21 »Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos fatales: la guerra, el hambre, las bestias feroces y la peste! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales.
22 Sin embargo, quedarán algunos sobrevivientes que serán liberados y harán salir del exilio a sus hijos y a sus hijas. Cuando lleguen adonde están ustedes, y ustedes vean su conducta y sus obras, se consolarán del desastre que envié contra Jerusalén, y de todo lo que hice contra ella.
23 Ustedes se consolarán cuando vean la conducta y las obras de esa gente, y sabrán que lo que hice contra Jerusalén no fue sin razón. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 15

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, ¿en qué supera la madera de la vid a la madera de los árboles del bosque?
3 Esa madera no sirve para hacer muebles, ¡y ni siquiera para hacer una percha!
4 ¡Escasamente sirve para alimentar el fuego! Pero ¿de qué sirve cuando sus extremos se consumen y ya se ha quemado por dentro?
5 Si cuando estaba entera no servía para nada, ¡mucho menos cuando ya ha sido consumida por el fuego!
6 »Por tanto, así dice el SEÑOR omnipotente: Como la leña de la vid que eché al fuego, así haré con los habitantes de Jerusalén.
7 Voy a enfrentarme a ellos; ¡se han librado de un fuego, pero serán consumidos por otro! Cuando me enfrente a ellos, ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR.
8 Convertiré a este país en desolación, porque ha sido infiel. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 16

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, échale en cara a Jerusalén sus prácticas repugnantes.
3 Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “Jerusalén, tú eres cananea de origen y de nacimiento; tu padre era amorreo y tu madre, hitita.
4 El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical; no te bañaron, no te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales.
5 Nadie se apiadó de ti ni te mostró compasión brindándote estos cuidados. Al contrario, el día en que naciste te arrojaron al campo como un objeto despreciable.
6 »”Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu propia sangre y te dije: ¡Sigue viviendo;
7 crece como planta silvestre!»”Tú te desarrollaste, y creciste y te hiciste mujer. Y se formaron tus senos, y te brotó el vello, pero tú seguías completamente desnuda.
8 »”Tiempo después pasé de nuevo junto a ti, y te miré. Estabas en la edad del amor. Extendí entonces mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez. Me comprometí e hice alianza contigo, y fuiste mía. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
9 »”Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé.
10 Te puse un vestido bordado y te calcé con finas sandalias de cuero. Te vestí con ropa de lino y de seda.
11 Te adorné con joyas: te puse pulseras, collares,
12 aretes, un anillo en la nariz y una hermosa corona en la cabeza.
13 Quedaste adornada de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y de telas bordadas. Te alimentabas con el mejor trigo, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa; ¡te sobraban cualidades para ser reina!
14 Tan perfecta era tu belleza que tu fama se extendió por todas las naciones, pues yo te adorné con mi esplendor. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
15 »”Sin embargo, confiaste en tu belleza y, valiéndote de tu fama, te prostituiste. ¡Sin ningún pudor te entregaste a cualquiera que pasaba!
16 Con tus mismos vestidos te hiciste aposentos idolátricos de vistosos colores, y allí te prostituiste. ¡Algo nunca visto!
17 Con las joyas de oro y plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te prostituiste ofreciéndoles culto.
18 Les pusiste tus vestidos bordados, y les ofreciste mi aceite y mi perfume.
19 Como ofrenda de olor fragante les presentaste el alimento que yo te había dado: el mejor trigo, el aceite de oliva y la miel. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
20 »”Tomaste también a los hijos y a las hijas que tuviste conmigo y los sacrificaste como alimento a esas imágenes. ¡No te bastaron tus prostituciones!
21 Inmolaste a mis hijos y los pasaste por fuego como ofrenda en honor de esos ídolos.
22 En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.
23 »”¡Ay de ti, ay de ti! —afirma el SEÑOR omnipotente—. Para colmo de tus perversidades,
24 construiste prostíbulos en cada plaza.
25 ¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar.
26 Te acostaste con los egipcios, tus vecinos de grandes genitales, y para enfurecerme multiplicaste tus fornicaciones.
27 Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada.
28 Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable.
29 Lo mismo hiciste con los comerciantes de Babilonia, y ni así quedaste satisfecha.
30 »”¡Qué mente tan depravada la tuya! —afirma el SEÑOR omnipotente—. ¡Te comportabas como una vil prostituta!
31 Pero cuando en cada plaza armabas un prostíbulo y te exhibías en cada esquina, no te comportabas como una prostituta, ¡pues no cobrabas nada!
32 »”¡Adúltera! Prefieres a los extraños, en vez de a tu marido.
33 A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, les pagas a tus amantes. Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo.
34 En tu prostitución has sido diferente de otras mujeres: como nadie se te ofrecía, tú pagabas en vez de que te pagaran a ti. ¡En eso sí eras diferente de las demás!
35 »”Por tanto, prostituta, escucha la palabra del SEÑOR.
36 Así dice el SEÑOR omnipotente: Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus ídolos; a estos les has ofrecido la sangre de tus hijos.
37 Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda.
38 Te juzgaré como a una adúltera y homicida, y derramaré sobre ti mi ira y mi celo.
39 Te entregaré en sus manos, y ellos derribarán tus prostíbulos y demolerán tus puestos. Te arrancarán la ropa y te despojarán de tus joyas, dejándote completamente desnuda.
40 Convocarán a la asamblea contra ti, y te apedrearán y te descuartizarán a filo de espada.
41 Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes.
42 Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo.
43 Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el SEÑOR.
44 »”Los que acostumbran citar refranes, dirán esto de ti: ‘De tal palo, tal astilla’.
45 Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. La madre de ustedes era hitita, y su padre, amorreo.
46 Tu hermana mayor es Samaria, ubicada al norte de ti con sus aldeas. Tu hermana menor es Sodoma, ubicada al sur de ti con sus aldeas.
47 No solo has seguido su conducta, sino que has actuado según sus prácticas repugnantes. En poco tiempo llegaste a ser peor que ellas.
48 Yo, el SEÑOR, lo juro por mí mismo: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron jamás lo que tú y tus aldeas han hecho.
49 Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente.
50 Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido.
51 ¡Pero ni Samaria ni sus aldeas cometieron la mitad de tus pecados! Tú te entregaste a más prácticas repugnantes que ellas, haciendo que ellas parecieran justas en comparación contigo.
52 Ahora tú, carga con tu desgracia; porque son tantos tus pecados que has favorecido a tus hermanas al hacerlas parecer más justas que tú. ¡Avergüénzate y carga con tu desgracia! Has hecho que tus hermanas parezcan más justas que tú.
53 »”Pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo.
54 Así cargarás con tu desgracia y te avergonzarás de todo lo que hiciste, y les servirás de consuelo.
55 Tú y tus dos hermanas, con sus respectivas aldeas, volverán a ser como antes.
56 ¿Acaso no te burlabas de tu hermana Sodoma en tu época de orgullo,
57 antes de que se hiciera pública tu maldad? Ahora te has vuelto el hazmerreír de las aldeas edomitas y filisteas, ¡y por todas partes te desprecian!
58 Sobre tus hombros llevas el peso de tu infamia y de tus prácticas repugnantes. Lo afirma el SEÑOR.
59 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Te daré tu merecido, porque has menospreciado el juramento y quebrantado la alianza.
60 Sin embargo, yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu infancia, y estableceré contigo una alianza eterna.
61 Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo.
62 Yo estableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy el SEÑOR.
63 Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
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Ezequiel 17

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre: Plantéale al pueblo de Israel este enigma, y nárrale esta parábola.
3 Adviértele que así dice el SEÑOR:»Llegó al Líbano un águila enorme,de grandes alas, tupido plumaje y vivos colores.Se posó sobre la copa de un cedro,
4 y arrancó el retoño más alto.Lo llevó a un país de mercaderes,y lo plantó en una ciudad de comerciantes.
5 Tomó luego semilla de aquel paísy la plantó en terreno fértil.La sembró como un sauce,junto a aguas abundantes.
6 La semilla germinóy se hizo una vid frondosa, de poca altura;volvió sus ramas hacia el águila,y hundió sus raíces bajo sí misma.Así se convirtió en una vidcon retoños y exuberante follaje.
7 Pero había otra águila grande,de gigantescas alas y abundante plumaje.Y la vid volvió sus raícesy orientó sus ramas hacia ella,para recibir más aguade la que ya tenía.
8 ¡Había estado plantada en tierra fértiljunto a aguas abundantes,para echar retoños y dar frutos,y convertirse en una hermosa vid!
9 »Adviértele que así dice el SEÑOR:»¿Prosperará esa vid?¿El águila no la arrancará de raíz?¿No le quitará su fruto,y así la vid se marchitará?Sí, los tiernos retoños se secarán.No hará falta un brazo fuerte ni mucha gentepara arrancarla de cuajo.
10 ¿Prosperará aunque sea trasplantada?¿Acaso el viento del esteno la marchitará cuando la azote?¡claro que sí se marchitaráen el lugar donde había nacido!»
11 El SEÑOR me dirigió la palabra:
12 «Pregúntale a este pueblo rebelde si tiene idea de lo que significa todo esto. Recuérdale que el rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó a su país al rey de Judá y a sus funcionarios.
13 Luego tomó a uno de la familia real y lo obligó a firmar con él un tratado bajo juramento, y se llevó a la flor y nata del país.
14 Esto lo hizo para humillar a Judá. Así le impidió sublevarse y lo obligó a cumplir el tratado para poder subsistir.
15 Sin embargo, este príncipe se rebeló contra el rey de Babilonia, y envió mensajeros a Egipto para conseguir caballos y un numeroso ejército. ¿Y tendrá éxito y podrá escapar el que se atreva a hacer esto? ¿Acaso podrá violar el tratado y salir con vida?
16 ¡No, sino que morirá en Babilonia, el país del rey que lo nombró y con quien hizo un juramento que no cumplió, y firmó un tratado que violó! Yo, el SEÑOR omnipotente, lo juro por mí mismo.
17 Ni el faraón con su gran ejército y numerosas tropas podrá auxiliarlo en la guerra, cuando se levanten rampas y se construyan torres de asalto para matar a mucha gente.
18 El príncipe de Judá quebrantó el juramento y violó el tratado. Así que por haber hecho todo esto a pesar de su compromiso, ¡no escapará!
19 »Por tanto, así dice el SEÑOR omnipotente: “Juro por mí mismo que lo castigaré por haber faltado al juramento y violado el tratado.
20 Le tenderé mis redes, y caerá en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, y allí lo someteré a juicio por haberme sido infiel.
21 Lo mejor de sus tropas caerá a filo de espada, y los que aún queden con vida serán esparcidos a los cuatro vientos. Así sabrán que yo, el SEÑOR, lo he dicho.
22 »”Así dice el SEÑOR omnipotente:»”De la copa de un cedro tomaré un retoño,de las ramas más altas arrancaré un brote,y lo plantaré sobre un cerro muy elevado.
23 Lo plantaré sobre el cerromás alto de Israel,para que eche ramas y produzca frutoy se convierta en un magnífico cedro.Toda clase de aves anidará en él,y vivirá a la sombra de sus ramas.
24 Y todos los árboles del camposabrán que yo soy el SEÑOR.Al árbol grande lo corto,y al pequeño lo hago crecer.Al árbol verde lo seco,y al seco, lo hago florecer.Yo, el SEÑOR, lo he dicho,y lo cumpliré”».
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Ezequiel 18

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «¿A qué viene tanta repetición de este proverbio tan conocido en Israel: “Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes?”
3 Yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel.
4 La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo.
5 »Quien es justo practica el derecho y la justicia;
6 no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de su menstruación.
7 No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo.
8 No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales.
9 Obedece mis decretos y cumple fielmente mis leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
10 »Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo
11 y participe de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su prójimo,
12 oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes;
13 que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte solo él será responsable.
14 »Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que observa todos los pecados de su padre, pero no los imita,
15 pues no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo;
16 no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo;
17 se abstiene de hacer el mal, no presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece vivir!
18 En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio pecado!
19 »Pero ustedes preguntan: “¿Por qué no carga el hijo con las culpas de su padre?” ¡Porque el hijo era justo y recto, pues obedeció mis decretos y los puso en práctica! ¡Tal hijo merece vivir!
20 Todo el que peque, merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad.
21 »Si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, y obedece todos mis decretos y practica el derecho y la justicia, no morirá;
22 vivirá por practicar la justicia, y Dios se olvidará de todos los pecados que ese malvado haya cometido.
23 ¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el SEÑOR, lo afirmo.
24 »Si el justo se aparta de la justicia y hace lo malo y practica los mismos actos repugnantes del malvado, ¿merece vivir? No, sino que morirá por causa de su infidelidad y de sus pecados, y no se recordará ninguna de sus obras justas.
25 »Ustedes dicen: “El SEÑOR es injusto”. Pero escucha, pueblo de Israel: ¿En qué soy injusto? ¿No son más bien ustedes los injustos?
26 Cuando el justo se aparta de la justicia, cae en la maldad y muere, ¡pero muere por su maldad!
27 Por otra parte, si el malvado se aleja de su maldad y practica el derecho y la justicia, salvará su vida.
28 Si recapacita y se aparta de todas sus maldades, no morirá sino que vivirá.
29 »Sin embargo, el pueblo de Israel anda diciendo: “El SEÑOR es injusto”. Pueblo de Israel, ¿en qué soy injusto? ¿No son más bien ustedes los injustos?
30 Por tanto, a cada uno de ustedes, los israelitas, los juzgaré según su conducta. Lo afirma el SEÑOR omnipotente. Arrepiéntanse y apártense de todas sus maldades, para que el pecado no les acarree la ruina.
31 Arrojen de una vez por todas las maldades que cometieron contra mí, y háganse de un corazón y de un espíritu nuevos. ¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel?
32 Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
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Ezequiel 19

1 »Dedícale este lamento a la nobleza de Israel:
2 »“En medio de los leones,tu madre era toda una leona.Recostada entre leoncillos,amamantaba a sus cachorros.
3 A uno de ellos lo crió,y este llegó a ser un león bravoque aprendió a desgarrar su presay a devorar a la gente.
4 Las naciones supieron de sus excesos,y lo atraparon en una fosa;¡se lo llevaron encadenado a Egipto!
5 Cuando la leona madre perdió toda esperanzade que volviera su cachorro,tomó a otra de sus críasy la convirtió en una fiera.
6 Cuando este león se hizo fuerte,se paseaba muy orondo entre los leones.Aprendió a desgarrar su presay a devorar a la gente.
7 Demolía palacios,asolaba ciudades,y amedrentaba con sus rugidosa todo el país y a sus habitantes.
8 Las naciones y provincias vecinasse dispusieron a atacarlo.Le tendieron trampas,y quedó atrapado en la fosa.
9 Encadenado y enjauladolo llevaron ante el rey de Babilonia.Enjaulado lo llevaronpara que no se oyeran sus rugidosen los cerros de Israel.
10 »”En medio del viñedotu madre era una vidplantada junto al agua:¡fructífera y frondosa,gracias al agua abundante!
11 Sus ramas crecieron vigorosas,¡aptas para ser cetros de reyes!Tanto creció que se destacabapor encima del follaje.Se le reconocía por su alturay por sus ramas frondosas.
12 Pero fue desarraigada con furiay arrojada por el suelo.El viento del este la dejó marchita,y la gente le arrancó sus frutos.Secas quedaron sus vigorosas ramas,y fueron consumidas por el fuego.
13 Ahora se halla en el desierto,plantada en tierra árida y reseca.
14 De una de sus ramas brotó un fuego,y ese fuego devoró sus frutos.¡Nada queda de esas vigorosas ramas,aptas para ser cetros de reyes!”Este es un lamento, y debe entonarse como tal».
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Ezequiel 20

1 El día diez del mes quinto del año séptimo, unos jefes de Israel vinieron a consultar al SEÑOR, y se sentaron frente a mí.
2 Allí el SEÑOR me dirigió la palabra:
3 «Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el SEÑOR omnipotente, digo: “¿Así que ustedes vienen a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consulten! Lo afirmo yo, el SEÑOR omnipotente”.
4 »¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados.
5 Adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: ‘Yo soy el SEÑOR su Dios’.
6 En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas!
7 A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se contaminara con los ídolos de Egipto; porque yo soy el SEÑOR su Dios.
8 »”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos.
9 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.
10 »”Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto.
11 Les di mis decretos, y les hice conocer mis leyes, que son vida para quienes los obedecen.
12 También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el SEÑOR, he consagrado los sábados para mí.
13 Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos.
14 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.
15 »”También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel!
16 Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos!
17 Sin embargo, les tuve compasión, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.
18 »”Allí en el desierto les dije a sus descendientes: ‘No sigan los preceptos de sus padres; no obedezcan sus leyes ni se contaminen con sus ídolos.
19 Yo soy el SEÑOR su Dios. Sigan mis decretos, obedezcan mis leyes
20 y observen mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre ustedes y yo, para que reconozcan que yo soy el SEÑOR su Dios’.
21 »”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos.
22 Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.
23 También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países
24 porque, obsesionados como estaban con los ídolos de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados.
25 ¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida!
26 Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el SEÑOR”.
27 »Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el SEÑOR omnipotente, digo: “En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad:
28 Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones.
29 Y les pregunté: ‘¿Qué significa ese santuario pagano que tanto frecuentan?’ Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como ‘santuario pagano’”.
30 »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “¿Se contaminarán ustedes a la manera de sus antepasados, y se prostituirán con sus ídolos detestables?
31 Hasta el día de hoy, ustedes se contaminan al hacer sus ofrendas y al sacrificar a sus hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos. ¿Y ahora ustedes, israelitas, vienen a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consulten. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
32 Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: ‘Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra’.
33 Yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.
34 Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos, y los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.
35 Los llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí los juzgaré cara a cara.
36 Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
37 Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen parte de la alianza.
38 Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el SEÑOR.
39 »”En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el SEÑOR omnipotente: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos! Pero no sigan profanando mi santonombre con sus ofrendas y sus ídolos apestosos.
40 Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el SEÑOR, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré sus ofrendas y sus primicias, junto con todo lo que quieran dedicarme.
41 Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi santidad.
42 Y cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces reconocerán que yo soy el SEÑOR.
43 Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron, y sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron.
44 Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el SEÑOR. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo”».
45 El SEÑOR me dirigió la palabra:
46 «Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev.
47 Dile: “Escucha, bosque del Néguev, la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR omnipotente: ‘En medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la superficie, de norte a sur.
48 Todos los mortales verán que yo, el SEÑOR, lo he encendido, y no podrá apagarse’”».
49 Entonces yo exclamé: «¡Ay, SEÑOR omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!»
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Ezequiel 21

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, vuélvele la espalda a Jerusalén; clama contra sus santuarios, profetiza contra la tierra de Israel,
3 anúnciale que así dice el SEÑOR: “Me declaro contra ti. Desenvainaré mi espada y mataré a justos y a malvados por igual.
4 Puesto que he de extirpar de ti tanto al justo como al malvado, mi espada saldrá contra todo el mundo, desde el norte hasta el sur.
5 Así todos sabrán que yo, el SEÑOR, he desenvainado la espada y no volveré a envainarla”.
6 »Y tú, hijo de hombre, con el corazón quebrantado y en presencia de todo el mundo, llora con amargura.
7 Y cuando te pregunten por qué lloras así, diles que es por la noticia de lo que va a suceder. Esta noticia hará que todos los corazones desfallezcan, que se dejen caer todos los brazos, y que tiemblen todas las rodillas. ¡Ya está por llegar! ¡Ya es una realidad! Yo, el SEÑOR, lo afirmo».
8 El SEÑOR me dirigió la palabra:
9 «Hijo de hombre, profetiza y proclama que así dice el SEÑOR:»“¡La espada, la espada,afilada y bruñida!,
10 bruñida para fulgurary afilada para masacrar.
11 La bruñeron y la afilaronpara ponerla en manos del asesino.
12 »”¡Grita y gime, hijo de hombre,que la espada se perfila contra mi puebloy contra todos los jefes de Israel.Han sido arrojados contra ella,lo mismo que mi pueblo.Por eso, ¡date golpes de pecho!
13 »”El SEÑOR omnipotente afirma:
14 »”Hijo de hombre, profetiza y bate palmas;que hiera la espada, y vuelva a herir.Es la espada de la muerteque a todos mantiene amenazados,
15 para que el corazón desfallezcay aumente el número de víctimas.Ya he colocado en las puertasla espada asesina.Es la espada bruñida para centelleary afilada para matar.
16 Muévete a diestra y a siniestra,y hiere por todas partes.¡Exhibe tu filo, espada asesina!
17 También yo batiré palmasy aplacaré mi furor.Yo, el SEÑOR, lo he dicho”».
18 El SEÑOR me dirigió la palabra:
19 «Tú, hijo de hombre, traza dos caminos para que llegue por ellos la espada del rey de Babilonia. Estos dos caminos partirán del mismo país, y a la entrada de cada uno de ellos colocarás una señal que indique a qué ciudad conduce.
20 Traza un camino para que la espada llegue contra Rabá de los amonitas y contra Jerusalén, la ciudad fortificada de Judá.
21 El rey de Babilonia se ha colocado en la bifurcación del camino y consulta los augurios: sacude las saetas, consulta los ídolos domésticos y examina el hígado de un animal.
22 Con su mano derecha ha marcado el destino de Jerusalén: prepara arietes para derribar las puertas, levanta terraplenes y edifica torres de asedio; alza la voz en grito de batalla y da la orden para la matanza.
23 Por las alianzas ya hechas, los habitantes de Jerusalén creerán que se trata de una falsa profecía; pero aquel rey les recordará la iniquidad por la que serán capturados.
24 »Por eso dice el SEÑOR omnipotente:»Se les ha recordado su iniquidad,y han quedado al descubierto sus rebeliones;expuestas están sus acciones pecaminosas,¡y por tanto serán capturados!
25 »Y en cuanto a ti, príncipe de Israel, infame y malvado, tu día ha llegado; ¡la hora de tu castigo es inminente!
26 Así dice el SEÑOR omnipotente: Quítate el turbante, renuncia a la corona, que todo cambiará. Lo humilde será exaltado y lo excelso será humillado.
27 ¡Ruinas, ruinas, todo lo convertiré en ruinas! Esto no sucederá hasta que venga aquel a quien le asiste el derecho, y a quien le pediré que establezca la justicia.
28 »Y tú, hijo de hombre, profetiza y declara que esto afirma el SEÑOR omnipotente acerca de los amonitas y de sus insultos: “La espada, la espada está desenvainada para la masacre; pulida está para devorar y centellear como relámpago.
29 La espada degollará a esos infames malvados, pues sus visiones son falsas y sus adivinanzas, mentiras. Pero su día ha llegado; ¡la hora de su castigo es inminente!
30 »”¡Espada, vuelve a tu vaina! Allí, en tu tierra de origen, donde fuiste forjada, ¡allí te juzgaré!
31 Sobre ti derramaré mi ira, sobre ti soplaré el fuego de mi furor; te entregaré en manos de gente sanguinaria y destructora.
32 Serás pasto para el fuego; salpicaré con tu sangre todo el país, y borraré tu memoria de la faz de la tierra. Yo, el SEÑOR, lo he dicho”».
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Ezequiel 22

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria; denúnciala por todas sus prácticas detestables.
3 Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de ti, ciudad que derramas sangre en tus calles, y te contaminas fabricando ídolos! ¡Cómo provocas tu ruina!
4 Te has hecho culpable por la sangre que has derramado, te has contaminado con los ídolos que has fabricado; has hecho que se avecine tu hora, ¡has llegado al final de tus años! Por eso te haré objeto de oprobio y de burla entre las naciones y los pueblos.
5 Ciudad caótica y de mala fama, ¡gente de cerca y de lejos se burlará de ti!
6 Mira, ahí tienes a los gobernadores de Israel, que en tus calles abusan del poder solo para derramar sangre.
7 Tus habitantes tratan con desprecio a su padre y a su madre, oprimen al extranjero, explotan al huérfano y a la viuda.
8 Menosprecian mis objetos sagrados, profanan mis sábados.
9 En ti habita gente que con sus calumnias incita a derramar sangre; gente que come en los santuarios de los montes y que hace cosas detestables.
10 Hay quienes deshonran la cama de su padre y obligan a la mujer a tener relaciones en su período de menstruación.
11 Algunos cometen adulterio con la mujer de su prójimo, otros tienen relaciones vergonzosas con sus nueras, y hasta hay quienes violan a su hermana, ¡a la hija de su propio padre!
12 También hay entre los tuyos quienes aceptan soborno para derramar sangre. Tú practicas la usura y cobras altísimos intereses; extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí. Lo afirma el SEÑOR.
13 »”Pero yo voy a batir palmas en contra de las ganancias injustas que has acumulado, y en contra de la sangre que se ha derramado en tus calles.
14 Y cuando yo te haga frente, ¿podrá resistir tu corazón, y tendrán fuerza tus manos? Yo, el SEÑOR, lo he dicho, y lo cumpliré.
15 Te dispersaré entre las naciones, te esparciré entre los pueblos, y pondré fin a tu inmundicia.
16 Serás una deshonra frente a las naciones, pero sabrás que yo soy el SEÑOR”».
17 El SEÑOR me dirigió la palabra:
18 «Hijo de hombre, todo el pueblo de Israel se ha vuelto para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata!
19 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: “Como todos ustedes se han convertido en escoria, los voy a reunir en medio de Jerusalén.
20 Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se juntan y se echan en el horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así también yo, en mi ira, los juntaré a ustedes y los fundiré.
21 Los amontonaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi ira, y los fundiré en medio de la ciudad.
22 Así como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos ustedes en medio de la ciudad, y sabrán que yo, el SEÑOR, he derramado mi ira contra ustedes”».
23 El SEÑOR me dirigió la palabra:
24 «Hijo de hombre, dile a Israel: “Tú eres una tierra que no ha sido purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira”.
25 Como leones rugientes que despedazan a la presa, hay una conspiración de profetas que devoran a la gente, que se apoderan de las riquezas y de los objetos de valor, y que aumentan el número de viudas.
26 Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano, ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco le prestan atención a mis sábados, y he sido profanado entre ellos.
27 Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas.
28 Los profetas todo lo blanquean mediante visiones falsas y predicciones mentirosas. Alegan que lo ha dicho el SEÑOR omnipotente, cuando en realidad el SEÑOR no les ha dicho nada.
29 Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero.
30 Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado!
31 Por eso derramaré mi ira sobre ellos; los consumiré con el fuego de mi ira, y haré recaer sobre ellos todo el mal que han hecho. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 23

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, te cuento que había dos mujeres, hijas de una misma madre.
3 Desde jóvenes se dejaron manosear los senos; en Egipto se prostituyeron y dejaron que les acariciaran sus pechos virginales.
4 La mayor se llamaba Aholá, y la menor, Aholibá. Me uní a ellas, y me dieron hijos e hijas. (Aholá representa a Samaria, y su hermana Aholibá, a Jerusalén.)
5 Mientras Aholá me pertenecía, me fue infiel y se enamoró perdidamente de sus amantes los asirios,
6 todos ellos guerreros vestidos de púrpura, gobernadores y oficiales, jóvenes apuestos y hábiles jinetes.
7 Como una prostituta, se entregó a lo mejor de los asirios; se contaminó con todos los ídolos que pertenecían a sus amantes.
8 Jamás abandonó la prostitución que había comenzado a practicar en Egipto. Desde su juventud, fueron muchos los que se acostaron con ella; fueron muchos los que acariciaron sus pechos virginales y se apasionaron con ella.
9 Por eso la entregué en manos de sus amantes, los asirios, con quienes ella se apasionó.
10 Y ellos la desnudaron, le quitaron sus hijos y sus hijas, y a ella la mataron a filo de espada. Fue tal el castigo que ella recibió, que su caso se volvió una advertencia para las mujeres.
11 »Aunque su hermana Aholibá vio esto, dio rienda suelta a sus pasiones y se prostituyó aún más que su hermana.
12 Ella también se enamoró perdidamente de los asirios, todos ellos gobernadores y oficiales, guerreros vestidos con mucho lujo, hábiles jinetes, y jóvenes muy apuestos.
13 Yo pude darme cuenta de que ella se había contaminado y seguido el ejemplo de su hermana.
14 Pero Aholibá llevó más allá sus prostituciones. Vio en la pared figuras de caldeos pintadas de rojo,
15 con cinturones y amplios turbantes en la cabeza. Todos ellos tenían aspecto de oficiales, y se parecían a los babilonios originarios de Caldea.
16 Al verlos, se enamoró de ellos perdidamente y envió mensajeros a Caldea.
17 Los babilonios vinieron y se acostaron con ella en el lecho de sus pasiones. A tal punto la contaminaron con sus prostituciones que se hastió de ellos.
18 Pero exhibiendo su desnudez, practicó con descaro la prostitución. Entonces me hastié de ella, como antes me había hastiado de su hermana.
19 Pero ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud cuando en Egipto había sido una prostituta.
20 Allí se había enamorado perdidamente de sus amantes, cuyos genitales eran como los de un asno y su semen como el de un caballo.
21 Así echó de menos la lujuria de su juventud, cuando los egipcios le manoseaban los senos y le acariciaban sus pechos virginales.
22 »Por eso, Aholibá, así dice el SEÑOR omnipotente: “Voy a incitar contra ti a tus amantes, de los que ahora estás hastiada. De todas partes traeré contra ti
23 a los babilonios y a todos los caldeos, a los de Pecod, Soa y Coa, y con ellos a los asirios, todos ellos jóvenes apuestos, gobernantes y oficiales, guerreros y hombres distinguidos, montados a caballo.
24 Vendrán contra ti con muchos carros y carretas, y con una multitud de ejércitos, cascos y escudos. Les encargaré que te juzguen, y te juzgarán según sus costumbres.
25 Descargaré sobre ti el furor de mi ira, y ellos te maltratarán con saña. Te cortarán la nariz y las orejas, y a tus sobrevivientes los matarán a filo de espada. Te arrebatarán a tus hijos y a tus hijas, y los que aún queden con vida serán consumidos por el fuego.
26 Te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas.
27 Así pondré fin a tu lujuria y a tu prostitución, que comenzaste en Egipto. Ya no desearás esas cosas ni te acordarás más de Egipto.
28 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Voy a entregarte en manos de los que odias, en manos de quienes te hartaron.
29 Ellos te tratarán con odio y te despojarán de todas tus posesiones. Te dejarán completamente desnuda, y tus prostituciones quedarán al descubierto. Tu lujuria y tu promiscuidad
30 son la causa de todo esto, porque te prostituiste con las naciones y te contaminaste con sus ídolos.
31 Por cuanto has seguido los pasos de tu hermana, en castigo beberás la misma copa.
32 »”Así dice el SEÑOR omnipotente:»”Beberás la copa de tu hermana,una copa grande y profunda.Llena está de burla y escarnio,
33 llena de embriaguez y dolor.Es la copa de ruina y desolación;¡es la copa de tu hermana Samaria!
34 La beberás hasta las heces,la romperás en mil pedazos,y te desgarrarás los pechosporque yo lo he dicho.Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
35 »”Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Por cuanto me has olvidado y me has dado la espalda, sufrirás las consecuencias de tu lujuria y de tus prostituciones”».
36 El SEÑOR me dijo: «Hijo de hombre, ¿acaso no juzgarás a Aholá y a Aholibá? ¡Échales en cara sus actos detestables!
37 Ellas han cometido adulterio, y tienen las manos manchadas de sangre. Han cometido adulterio con sus ídolos, han sacrificado a los hijos que me dieron, y los han ofrecido como alimento a esos ídolos.
38 Además, me han ofendido contaminando mi santuario y, a la vez, profanando mis sábados.
39 El mismo día que sacrificaron a sus hijos para adorar a sus ídolos, entraron a mi santuario y lo profanaron. ¡Y lo hicieron en mi propia casa!
40 »Y por si fuera poco, mandaron a traer gente de muy lejos. Cuando esa gente llegó, ellas se bañaron, se pintaron los ojos y se adornaron con joyas;
41 luego se sentaron en un diván lujoso, frente a una mesa donde previamente habían colocado el incienso y el aceite que me pertenecen.
42 Podía escucharse el bullicio de una multitud: eran los sabeos, que venían del desierto. Adornaron a las mujeres poniéndoles brazaletes en los brazos y hermosas coronas sobre la cabeza.
43 Pensé entonces en esa mujer desgastada por sus adulterios: “Ahora van a seguir aprovechándose de esa mujer prostituida”.
44 Y se acostaron con ella como quien se acuesta con una prostituta. Fue así como se acostaron con esas mujeres lascivas llamadas Aholá y Aholibá.
45 Pero los hombres justos les darán el castigo que merecen las mujeres asesinas y adúlteras, ¡porque son unas adúlteras, y tienen las manos manchadas de sangre!
46 »En efecto, así dice el SEÑOR: ¡Que se convoque a una multitud contra ellas, y que sean entregadas al terror y al saqueo!
47 ¡Que la multitud las apedree y las despedace con la espada! ¡Que maten a sus hijos y a sus hijas, y les prendan fuego a sus casas!
48 Yo pondré fin en el país a esta conducta llena de lascivia. Todas las mujeres quedarán advertidas y no seguirán su ejemplo.
49 Sobre estas dos hermanas recaerá su propia lascivia, y pagarán las consecuencias de sus pecados de idolatría. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 24

1 El día diez del mes décimo del año noveno, el SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, anota la fecha de hoy, de este mismo día, porque el rey de Babilonia se ha puesto en marcha contra Jerusalén.
3 Cuéntale una parábola a este pueblo rebelde, y adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente:»“Coloca la olla sobre el fuegoy échale agua.
4 Agrégale pedazos de carne,los mejores trozos de pierna y de lomo,y lo mejor de los huesos.
5 Toma luego la oveja más gorday amontona leña debajo de ella,para que hierva bien el aguay se cuezan bien los huesos.
6 »”Porque el SEÑOR omnipotente dice:»”¡Ay de la ciudad sanguinaria!¡Ay de esa olla herrumbrada,cuya herrumbre no se puede quitar!Saca uno a uno los trozos de carne,tal como vayan saliendo.
7 La ciudad está empapada en su sangre,pues ella la derramó sobre la roca desnuda;no la derramó por el suelo,para impedir que el polvo la cubriera.
8 Sobre la roca desnuda he vertido su sangre,para que no quede cubierta.Así haré que se encienda mi ira,y daré lugar a mi venganza.
9 »”Porque así dice el SEÑOR omnipotente:»”¡Ay de la ciudad sanguinaria!Yo también amontonaré la leña.
10 ¡Vamos, apilen la leña y enciendan el fuego!¡Cocinen la carne y preparen las especias,y que se quemen bien los huesos!
11 ¡Pongan la olla vacía sobre las brasas,hasta que el bronce esté al rojo vivo!¡Que se fundan en ella sus impurezas,y se consuma su herrumbre!
12 ¡Aunque esa olla está tan oxidadaque ya ni con fuego se purifica!
13 »”Jerusalén, yo he querido purificarte de tu infame lujuria, pero no has dejado que te purifique. Por eso, no quedarás limpia hasta que se apacigüe mi ira contra ti.
14 Yo, el SEÑOR, lo he dicho, y lo cumpliré. Yo mismo actuaré, y no me voy a retractar. No tendré compasión ni me arrepentiré. Te juzgaré conforme a tu conducta y a tus acciones. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
15 El SEÑOR me dirigió la palabra:
16 «Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe la mujer que te deleita la vista. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas.
17 Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos. Átate el turbante, cálzate los pies, y no te cubras la barba ni comas el pan de duelo».
18 Por la mañana le hablé al pueblo, y por la tarde murió mi esposa. A la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado.
19 La gente del pueblo me preguntó: «¿No nos vas a explicar qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?»
20 Yo les contesté: «El SEÑOR me dirigió la palabra y me ordenó
21 advertirle al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “Voy a profanar mi santuario, orgullo de su fortaleza, el templo que les deleita la vista y en el que depositan su afecto. Los hijos y las hijas que ustedes dejaron morirán a filo de espada,
22 y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba ni comerán el pan de duelo.
23 Llevarán el turbante sobre la cabeza y se calzarán los pies. No llorarán ni harán lamentos, sino que se pudrirán a causa de sus pecados y gemirán unos con otros.
24 Ezequiel les servirá de señal, y ustedes harán lo mismo que él hizo. Cuando esto suceda, sabrán que yo soy el SEÑOR omnipotente”.
25 »Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fortaleza, su alegría y su gozo, el templo que les deleita la vista, el deseo de su corazón, y a sus hijos e hijas,
26 vendrá un fugitivo a comunicarte la noticia.
27 Ese mismo día se te soltará la lengua y dejarás de estar mudo. Entonces podrás hablar con el fugitivo; servirás de señal para ellos, y sabrán que yo soy el SEÑOR».
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Ezequiel 25

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, encara a los amonitas y profetiza contra ellos.
3 Diles que presten atención a la palabra del SEÑOR omnipotente: “Por cuanto ustedes se burlaron cuando vieron que mi santuario era profanado, y que el país de Israel era devastado y que a los habitantes de Judá se los llevaban al exilio,
4 yo los entregaré a ustedes al poder de los pueblos del oriente. Ellos armarán sus campamentos y establecerán entre ustedes sus moradas; comerán los frutos y beberán la leche de ustedes.
5 Convertiré a Rabá en un pastizal de camellos, y a Amón en un corral de ovejas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el SEÑOR.
6 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Por cuanto ustedes los amonitas aplaudieron y saltaron de alegría, y maliciosamente se rieron de Israel,
7 yo voy a extender mi mano contra ustedes y los entregaré a las naciones como despojo. Los arrancaré de entre los pueblos, y los destruiré por completo. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR”».
8 «Así dice el SEÑOR omnipotente: Por cuanto Moab y Seír dicen: “Judá es igual a todas las naciones”,
9 voy a abrir el flanco de Moab. De un extremo a otro la dejaré sin Bet Yesimot, Baal Megón y Quiriatayin, ciudades que son su orgullo.
10 Entregaré a Moab y a los amonitas en manos de los pueblos del oriente, y de los amonitas no quedará ni el recuerdo.
11 Además, castigaré a Moab. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR».
12 «Así dice el SEÑOR omnipotente: Edom se ha vengado completamente de Judá, y de esta manera resulta más grave su culpa.
13 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Extenderé mi mano contra Edom, y exterminaré a hombres y animales. Lo dejaré en ruinas. Desde Temán hasta Dedán, todos morirán a filo de espada.
14 Por medio de mi pueblo Israel me vengaré de Edom. Mi pueblo hará con Edom lo que le dicten mi ira y mi furor. Así conocerán lo que es mi venganza. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
15 «Así dice el SEÑOR omnipotente: Los filisteos se vengaron con alevosía; con profundo desprecio intentaron destruir a Judá por causa de una antigua enemistad.
16 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Extenderé mi mano contra los filisteos. Exterminaré a los quereteos, y destruiré a los que aún quedan en la costa del mar.
17 Mi venganza contra ellos será terrible. Los castigaré con mi ira. Y cuando ejecute mi venganza, sabrán que yo soy el SEÑOR».
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Ezequiel 26

1 El día primero del mes primero del año undécimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Tiro ha dicho de Jerusalén: “Las puertas de las naciones se han derrumbado. Sus puertas se me han abierto de par en par, y yo me estoy enriqueciendo mientras ellas yacen en ruinas”.
3 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Tiro, yo me declaro contra ti, y así como el mar levanta sus olas, voy a hacer que contra ti se levanten muchas naciones.
4 Destruirán los muros de Tiro, y derribarán sus torres. Hasta los escombros barreré de su lugar; ¡la dejaré como roca desnuda!
5 ¡Quedará en medio del mar como un tendedero de redes! Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo. Tiro será despojo de las naciones,
6 y sus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.
7 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Desde el norte voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes. Vendrá con un gran ejército de caballos, y con carros de guerra y jinetes.
8 Tus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Y Nabucodonosor construirá contra ti muros de asedio, levantará rampas para atacarte y alzará sus escudos.
9 Atacará tus muros con arietes, y con sus armas destruirá tus torres.
10 Cuando el rey de Babilonia entre por tus puertas, como se entra en una ciudad conquistada, sus caballos serán tan numerosos que te cubrirán de polvo, y tus muros temblarán por el estruendo de su caballería y sus carros.
11 Con los cascos de sus caballos pisoteará todas tus calles; matará a tu pueblo a filo de espada, y tus sólidas columnas caerán por tierra.
12 Además, saquearán tus riquezas y robarán tus mercancías. Derribarán tus muros, demolerán tus suntuosos palacios, y arrojarán al mar tus piedras, vigas y escombros.
13 Así pondré fin al ruido de tus canciones, y no se volverá a escuchar la melodía de tus arpas.
14 Te convertiré en una roca desnuda, en un tendedero de redes, y no volverás a ser edificada. Yo, el SEÑOR, lo he dicho. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
15 »Así le dice el SEÑOR omnipotente a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes.
16 Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar,
17 y sobre ti entonarán este lamento:»“¡Cómo has sido destruida, ciudad famosa,habitada por gente del mar!¡Tú en el mar eras poderosa!¡Con tus habitantes infundíasterror a todo el continente!
18 Ahora, en el día de tu caída,tiemblan los pueblos costeros,y las islas que están en el marse aterrorizan ante tu debacle”.
19 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Te convertiré en lugar de ruinas, como toda ciudad deshabitada. Haré que te cubran las aguas caudalosas del océano.
20 Te haré descender con los que descienden a la fosa; te haré habitar en lo más profundo de la tierra, en el país de eternas ruinas, con los que descienden a la fosa. No volverás a ser habitada ni reconstruida en la tierra de los vivientes.
21 Te convertiré en objeto de espanto, y ya no volverás a existir. Te buscarán, pero jamás podrán encontrarte. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 27

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, dedícale este canto fúnebre a Tiro,
3 ciudad asentada junto al mar y que trafica con pueblos de muchas costas lejanas:»Así dice el SEÑOR omnipotente:»“Tú, ciudad de Tiro,pretendes ser hermosa y perfecta.
4 Tu dominio está en alta mar,tus constructores resaltaron tu hermosura.
5 Con pinos del monte Senirhicieron todos tus entablados.Con cedros del Líbanoarmaron tu mástil.
6 Con encinas de Basánconstruyeron tus remos,y con cipreses de Chipreensamblaron tu cubierta,la cual fue decoradacon incrustaciones de marfil.
7 Con lino bordado de Egiptohicieron tus velas,y estas te sirvieron de bandera.De las costas de Elisá trajerontelas moradas y rojas para tu toldo.
8 Oh, Tiro, tus remeros vinieron de Sidón y de Arvad.A bordo iban tus propios timoneles,los más expertos hombres de mar.
9 Los hábiles veteranos de Guebalrepararon los daños en la nave.Los marineros de todas las naves del marnegociaron con tus mercancías.
10 Hombres de Persia, Lidia y Futmilitaron en tu ejército.Te adornaron con escudos y cascos;¡sacaron a relucir tu esplendor!
11 »”Los de Arvad, junto con tu ejército, defendían los muros que te rodean, y los de Gamad estaban apostados en tus torres. A lo largo de tus muros colgaban sus escudos, haciendo resaltar tu hermosura.
12 Era tal tu riqueza que Tarsis comerciaba contigo. A cambio de tu mercadería, ella te ofrecía plata, hierro, estaño y plomo.
13 También Grecia, Tubal y Mésec negociaban contigo, y a cambio de tus mercancías te ofrecían esclavos y objetos de bronce.
14 La gente de Bet Togarma te pagaba con caballos de trabajo, caballos de montar y mulos.
15 Los habitantes de Rodas también comerciaban contigo. Concretabas negocios con muchas islas del mar, las cuales te pagaban con ébano y colmillos de marfil.
16 Por los muchos productos que tenías, Siria comerciaba contigo y a cambio te entregaba topacio, telas teñidas de púrpura, telas bordadas, lino fino, corales y rubíes.
17 Judá e Israel también comerciaban contigo. Te ofrecían trigo de Minit, pasteles, miel, aceite y bálsamo.
18 Por la gran cantidad de tus productos, y por la abundancia de tu riqueza, también Damasco comerciaba contigo. Te pagaba con vino de Jelbón y lana de Sajar.
19 A cambio de tus mercancías, los danitas y los griegos te traían de Uzal hierro forjado, canela y caña aromática.
20 Dedán te vendía aparejos para montar.
21 Tus clientes eran Arabia y todos los príncipes de Cedar, quienes te pagaban con corderos, carneros y chivos.
22 También eran tus clientes los comerciantes de Sabá y Ragama. A cambio de mercancías, te entregaban oro, piedras preciosas y los mejores perfumes.
23 Jarán, Cané, Edén y los comerciantes de Sabá, Asiria y Quilmad negociaban contigo.
24 Para abastecer tus mercados te vendían hermosas telas, mantos de color púrpura, bordados, tapices de muchos colores y cuerdas muy bien trenzadas.
25 Las naves de Tarsis transportaban tus mercancías.»”Cargada de riquezas,navegabas en alta mar.
26 Tus remeros te llevaron por los mares inmensos,en alta mar el viento del este te hizo pedazos.
27 El día de tu naufragiose hundirán en el fondo del martu riqueza, tu mercancía y tus productos,tus marineros y tus timoneles,los que reparan tus naves y tus comerciantes,tus soldados y toda tu tripulación.
28 Al grito de tus timonelestemblarán las costas.
29 Todos los remeros abandonarán las naves;marineros y timoneles bajarán a tierra.
30 Por ti levantarán la vozy llorarán con amargura;se echarán ceniza sobre la cabeza,y se revolcarán en ella.
31 Por tu culpa se raparán la cabeza,y se vestirán de luto.Llorarán por ti con gran amargura,y con angustiosos gemidos.
32 Entonarán sentidos lamentos,y en tono de amarga queja dirán:‘¿Quién en medio de los marespodía compararse a Tiro?’
33 Cuando desembarcaban tus productosmuchas naciones quedaban satisfechas.Con tus muchas riquezas y mercancías,enriquecías a los reyes de la tierra.
34 Pero ahora el mar te ha hecho pedazos,¡yaces en lo profundo de las aguas!Tus mercancías y toda tu tripulaciónse hundieron contigo.
35 Por ti están horrorizadostodos los habitantes de las costas;sus reyes tiemblan de miedo,y en su rostro se dibuja el terror.
36 Atónitos se han quedadolos comerciantes de otros países;¡tu fin ha llegado!,¡nunca más volverás a existir!”»
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Ezequiel 28

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el SEÑOR omnipotente:»“En la intimidad de tu arrogancia dijiste:‘Yo soy un dios.Me encuentro en alta marsentado en un trono de dioses’.¡Pero tú no eres un dios,aunque te creas que lo eres!¡Tú eres un simple mortal!
3 ¿Acaso eres más sabio que Daniel?¿Acaso conoces todos los secretos?
4 Con tu sabiduría y tu inteligenciahas acumulado muchas riquezas,y en tus cofres has amontonadomucho oro y mucha plata.
5 Eres muy hábil para el comercio;por eso te has hecho muy rico.Con tus grandes riquezaste has vuelto muy arrogante.
6 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente:»”Ya que pretendes sertan sabio como un dios,
7 haré que vengan extranjeros contra ti,los más feroces de las naciones:desenvainarán la espadacontra tu hermosura y sabiduría,y profanarán tu esplendor.
8 Te hundirán en la fosa,y en alta mar sufrirás una muerte violenta.
9 Y aun así, en presencia de tus verdugos,¿te atreverás a decir: ¡Soy un dios!?¡Pues en manos de tus asesinosno serás un dios sino un simple mortal!
10 Sufrirás a manos de extranjerosla muerte de los incircuncisos,porque yo lo he dicho.Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
11 El SEÑOR me dirigió la palabra:
12 «Hijo de hombre, entona una elegía al rey de Tiro y adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente:»“Eras un modelo de perfección,lleno de sabiduría y de hermosura perfecta.
13 Estabas en Edén, en el jardín de Dios,adornado con toda clase de piedras preciosas:rubí, crisólito, jade,topacio, cornalina, jaspe,zafiro, granate y esmeralda.Tus joyas y encajes estaban cubiertos de oro,y especialmente preparados para tidesde el día en que fuiste creado.
14 Fuiste elegido querubín protector,porque yo así lo dispuse.Estabas en el santo monte de Dios,y caminabas sobre piedras de fuego.
15 Desde el día en que fuiste creadotu conducta fue irreprochable,hasta que la maldad halló cabida en ti.
16 Por la abundancia de tu comercio,te llenaste de violencia, y pecaste.Por eso te expulsé del monte de Dios,como a un objeto profano.A ti, querubín protector,te borré de entre las piedras de fuego.
17 A causa de tu hermosurate llenaste de orgullo.A causa de tu esplendor,corrompiste tu sabiduría.Por eso te arrojé por tierra,y delante de los reyeste expuse al ridículo.
18 Has profanado tus santuarios,por la gran cantidad de tus pecados,¡por tu comercio corrupto!Por eso hice salir de tiun fuego que te devorara.A la vista de todos los que te admirante eché por tierra y te reduje a cenizas.
19 Al verte, han quedado espantadastodas las naciones que te conocen.Has llegado a un final terrible,y ya no volverás a existir”».
20 El SEÑOR me dirigió la palabra:
21 «Hijo de hombre, encara a Sidón y profetiza contra ella.
22 Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente:»“Aquí estoy, Sidón, para acusartey para ser glorificado en ti.Cuando traiga sobre ti un justo castigo,y manifieste sobre ti mi santidad,se sabrá que yo soy el SEÑOR.
23 Mandaré contra ti una peste,y por tus calles correrá la sangre;por la espada que ataca por todos ladoslos heridos caerán en tus calles,y se sabrá que yo soy el SEÑOR.
24 Los israelitas no volverán a sufrirel desprecio de sus vecinos,que duele como aguijonesy punza como espinas,¡y se sabrá que yo soy el SEÑOR!”
25 »Así dice el SEÑOR omnipotente: “Cuando yo reúna al pueblo de Israel de entre las naciones donde se encuentra disperso, le mostraré mi santidad en presencia de todas las naciones. Entonces Israel vivirá en su propio país, el mismo que le di a mi siervo Jacob.
26 Allí vivirán seguros, y se construirán casas y plantarán viñedos, porque yo ejecutaré un justo castigo sobre los vecinos que desprecian al pueblo de Israel. ¡Y se sabrá que yo soy el SEÑOR su Dios!”»
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Ezequiel 29

1 A los doce días del mes décimo del año décimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, encara al faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto.
3 Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente:»“A ti, Faraón, rey de Egipto,gran monstruo que yacesen el cauce de tus ríos,que dices: ‘El Nilo es mío,el Nilo es mi creación’,¡te declaro que estoy en tu contra!
4 Te pondré garfios en las mandíbulas,y haré que los peces del ríose te peguen a las escamas.Y con todos los peces pegados a tus escamaste sacaré de la corriente.
5 Te abandonaré a tu suerte en el desierto,junto con todos los peces de tu río.Caerás en campo abierto,y no serás recogido ni enterrado.Las bestias de la tierra y las aves del cielote las daré como alimento.
6 Entonces todos los habitantes de Egiptosabrán que yo soy el SEÑOR.No fuiste para el pueblo de Israelmás que un bastón de caña.
7 Cuando se agarraron de tu mano,te quebraste, y les desgarraste las manos;cuando en ti se apoyaron te rompiste,y sus espaldas se estremecieron.
8 »”Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Contra ti traeré la espada, y haré que mate a hombres y animales.
9 La tierra de Egipto se convertirá en desolación. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR. Tú dijiste: ‘El Nilo es mío, el Nilo es mi creación’.
10 Por eso me declaro en contra tuya y en contra de tus ríos. Desde Migdol hasta Asuán, y hasta la frontera con Etiopía, convertiré a la tierra de Egipto en ruina y desolación total.
11 Durante cuarenta años quedará completamente deshabitada, y ni hombres ni animales pasarán por allí.
12 Haré de Egipto la más desolada de todas las tierras, y durante cuarenta años sus ciudades quedarán en ruinas y en medio de gran desolación. Yo dispersaré a los egipcios entre las naciones, y los esparciré por los países.
13 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Al cabo de los cuarenta años reuniré a los egipcios de entre los pueblos donde fueron dispersados.
14 Cambiaré la suerte de Egipto y los haré volver a Patros, tierra de sus antepasados. Allí formarán un reino humilde.
15 Será el reino de menor importancia, y nunca podrá levantarse por encima de las demás naciones. Yo mismo los haré tan pequeños que no podrán dominar a las otras naciones.
16 El pueblo de Israel no confiará más en Egipto. Al contrario, será Egipto quien les sirva para recordar el pecado que cometieron los israelitas al seguirlo. Así sabrán que yo soy el SEÑOR”».
17 El día primero del mes primero del año veintisiete, el SEÑOR me dirigió la palabra:
18 «Toma en cuenta, hijo de hombre, que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, y su ejército llevaron a cabo una gran campaña contra Tiro. Todos ellos quedaron con la cabeza rapada y con llagas en la espalda. Pero, a pesar del tremendo esfuerzo, ni él ni su ejército sacaron provecho alguno de la campaña emprendida contra Tiro.
19 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Pondré a Egipto en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien se apoderará de sus riquezas, saqueará sus despojos, y se llevará el botín que servirá de recompensa para su ejército.
20 Al rey de Babilonia le entregaré Egipto como recompensa por lo que hizo contra Tiro, porque ellos lo hicieron por mí. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
21 »En aquel día acrecentaré la fuerza del pueblo de Israel, y entonces tú, Ezequiel, les hablarás con libertad. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR».
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Ezequiel 30

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, profetiza y adviérteles:»Así dice el SEÑOR:“Giman: ‘¡Ay de aquel día!’
3 El día del SEÑOR se acerca,sí, ya se acerca el día.Día cargado de nubarrones,día nefasto para los pueblos.
4 Vendrá una espada contra Egiptoy Etiopía será presa de la angustia.Cuando caigan heridos los egipcios,serán saqueadas sus riquezasy destruidos sus cimientos.
5 Etiopía, Fut, toda Arabia y Lidiacaerán a filo de espada,lo mismo que los hijos del país del pacto.
6 »”Así dice el SEÑOR;esto afirma el SEÑOR omnipotente:Caerán los aliados de Egipto,se derrumbará el orgullo de su poder.Desde Migdol hasta Asuáncaerán a filo de espada.
7 Sus ciudades quedarán en ruinas,entre las más desoladas de las tierras.
8 Cuando yo le prenda fuego a Egiptoy sean destrozados todos sus aliados,sabrán que yo soy el SEÑOR.
9 »”En aquel día saldrán en barcos mis mensajeros para aterrorizar a la confiada Etiopía; en el día de Egipto, que ya está a la puerta, les sobrevendrá la angustia.
10 »”Así dice el SEÑOR omnipotente:»”Por medio de Nabucodonosor, rey de Babilonia,acabaré con la opulencia de Egipto.
11 Nabucodonosor y su ejército,el más poderoso de las naciones,vendrán a destruir el país.Desenvainarán la espada contra Egiptoy llenarán de cadáveres el país.
12 Secaré los canales del Nilo,y entregaré el país en manos de gente malvada.Por medio de manos extranjerasdesolaré el país y cuanto haya en él.Yo, el SEÑOR, lo he dicho.
13 »”Así dice el SEÑOR omnipotente:»”Voy a destruir a todos los ídolos de Menfis;pondré fin a sus dioses falsos.Haré que cunda el pánico por todo el país,y no habrá más príncipes en Egipto.
14 Devastaré a Patros,le prenderé fuego a Zoán,y dictaré sentencia contra Tebas.
15 »”Desataré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y extirparé la riqueza de Tebas.
16 Le prenderé fuego a Egipto, y Sin se retorcerá de dolor. Se abrirán brechas en Tebas, y Menfis vivirá en constante angustia.
17 Los jóvenes de On y de Bubastis caerán a filo de espada, y las mujeres irán al cautiverio.
18 Cuando yo haga pedazos el yugo de Egipto, el día se oscurecerá en Tafnes. Así llegará a su fin el orgullo de su fuerza. Egipto quedará cubierto de nubes, y sus hijas irán al cautiverio.
19 Este será su castigo, y así Egipto sabrá que yo soy el SEÑOR”».
20 El día siete del mes primero del año undécimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
21 «Hijo de hombre, yo le he quebrado el brazo al faraón, rey de Egipto. Nadie se lo ha vendado ni curado para que recobre su fuerza y pueda empuñar la espada.
22 Por eso, así dice el SEÑOR: “Estoy contra el faraón, rey de Egipto. Le quebraré los dos brazos, el sano y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.
23 Voy a dispersar a los egipcios entre las naciones; voy a esparcirlos entre los países.
24 Fortaleceré a su vez los brazos del rey de Babilonia: pondré mi espada en sus manos y quebraré los brazos del faraón. Entonces él gemirá ante su enemigo como herido de muerte.
25 Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y haré que desfallezcan los brazos del faraón. Y cuando ponga yo mi espada en manos del rey de Babilonia, y él la extienda contra Egipto, se sabrá que yo soy el SEÑOR.
26 Dispersaré por las naciones a los egipcios; los esparciré entre los países. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR”».
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Ezequiel 31

1 El día primero del mes tercero del año undécimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, dile al faraón y a toda su gente:»“¿Quién se puede comparar con tu grandeza?
3 Fíjate en Asiria,que alguna vez fue cedro del Líbano,con bello y frondoso ramaje;su copa llegaba hasta las nubes.
4 Las aguas lo hicieron crecer;las corrientes profundas lo nutrieron.Sus ríos corrían en torno a sus raíces;sus acequias regaban todos los árboles del campo.
5 Así el cedro creciómás alto que todos los árboles.Gracias a las abundantes aguas,se extendió su frondoso ramaje.
6 Todas las aves del cieloanidaban en sus ramas.Todas las bestias del campoparían bajo su follaje.Todas las nacionesvivían bajo su sombra.
7 Era un árbol imponente y majestuoso,de ramas extendidas;sus raíces se hundíanhasta las aguas caudalosas.
8 Ningún cedro en el jardín de Diosse le podía comparar;ningún pino ostentaba un follaje parecido,ni tenían su fronda los castaños.Ningún árbol del jardín de Diosse le comparaba en hermosura.
9 Yo lo hice belloy con un ramaje majestuoso.En el Edén, jardín de Dios,era la envidia de todos los árboles.
10 »”Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: ‘Por cuanto el árbol creció tan alto, y ufano de su altura irguió su copa hasta las nubes,
11 yo lo he desechado; lo he dejado en manos de un déspota invasor, para que lo trate según su maldad.
12 Los extranjeros más crueles lo han talado, abandonándolo a su suerte. Sus ramas han caído en los montes y en los valles; yacen rotas por todas las cañadas del país. Huyeron y lo abandonaron todas las naciones que buscaban protección bajo su sombra.
13 Ahora las aves del cielo se posan sobre su tronco caído, y los animales salvajes se meten entre sus ramas.
14 Y esto es para que ningún árbol que esté junto a las aguas vuelva a crecer tanto; para que ningún árbol, por bien regado que esté, vuelva a elevar su copa hasta las nubes. Todos están destinados a la muerte, a bajar a las regiones profundas de la tierra y quedarse entre los mortales que descienden a la fosa.
15 »”’Así dice el SEÑOR omnipotente: El día en que el cedro bajó al abismo, hice que el mar subterráneo se secara en señal de duelo. Detuve sus corrientes, y contuve sus ríos; por él cubrí de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se marchitaron.
16 Cuando lo hice bajar al abismo, junto con los que descienden a la fosa, con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones. Todos los árboles del Edén, los más selectos y hermosos del Líbano, los que estaban mejor regados, se consolaron en las regiones subterráneas.
17 Sus aliados entre las naciones que buscaban protección bajo su sombra también descendieron con él al abismo, junto con los que habían muerto a filo de espada.
18 Ningún árbol del Edén se le podía comparar en grandeza y majestad. No obstante, también él descendió con los árboles del Edén a las regiones subterráneas. Allí quedó tendido en medio de los paganos, junto con los que murieron a filo de espada. ¡Y así será la muerte del faraón y de todos sus súbditos! Lo afirma el SEÑOR omnipotente’”».
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Ezequiel 32

1 El día primero del mes duodécimo del año duodécimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, entona este lamento dedicado al faraón, rey de Egipto:»“Pareces un león entre las naciones;pareces un monstruo marinochapoteando en el río;con tus patas enturbias el aguay revuelves sus corrientes.
3 »”Así dice el SEÑOR omnipotente:»”‘Aunque estés entre numerosos pueblos,tenderé sobre ti mi redy te atraparé con ella.
4 Te arrastraré por tierra,y en pleno campo te dejaré tendido.Dejaré que sobre ti se posentodas las aves del cielo.Dejaré que con tu carnese sacien todas las bestias salvajes.
5 Desparramaré tu carne por los montes,y con tu carroña llenaré los valles.
6 Con tu sangre empaparé la tierrahasta la cima de las montañas;con tu sangre llenarélos cauces de los ríos.
7 Cuando te hayas consumido,haré que el cielo se oscurezcay se apaguen las estrellas;cubriré el sol con una nube,y no brillará más la luna.
8 Por ti haré que se oscurezcantodos los astros luminosos de los cielos,y que tu país quede envuelto en las tinieblas.Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
9 »”’Cuando yo haga que la noticia de tu destrucción llegue hasta tierras que tú no conocías, haré temblar a muchas naciones.
10 También haré que por tu causa muchos pueblos queden consternados. Cuando yo esgrima mi espada delante de ellos, sus reyes se estremecerán. En el día de tu debacle, en todo momento temblarán de miedo por temor a perder la vida.
11 »”’Así dice el SEÑOR omnipotente: La espada del rey de Babilonia vendrá contra ti.
12 Haré que tu pueblo numeroso caiga a filo de espada, empuñada por los guerreros más crueles entre las naciones. Ellos arrasarán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será derrotada.
13 Voy a destruir a todo el ganado que pasta junto a las aguas abundantes, y estas nunca más serán enturbiadas por hombres ni animales.
14 Entonces dejaré que las aguas se asienten y que corran tranquilas, como el aceite. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
15 Cuando convierta en desolación la tierra de Egipto, y la despoje de todo lo que hay en ella, y hiera a todos los que la habitan, entonces sabrán que yo soy el SEÑOR’”.
16 »Este es el lamento que las ciudades de las naciones entonarán sobre Egipto y toda su multitud. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
17 En el día quince del mes duodécimo del año duodécimo, el SEÑOR me dirigió la palabra:
18 «Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto, y junto con las ciudades de las naciones más poderosas hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas.
19 Pregúntales: “¿Se creen acaso más privilegiados que otros? ¡Pues bajen y tiéndanse entre los paganos!”
20 Y caerán entre los que murieron a filo de espada. Ya tienen la espada en la mano: ¡que se arrastre a Egipto y a sus multitudes!
21 En medio del abismo, los guerreros más fuertes y valientes hablarán de Egipto y de sus aliados. Y dirán: “¡Ya han descendido a la fosa! ¡Yacen tendidos entre los paganos que murieron a filo de espada!”
22 »Allí está Asiria, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada.
23 Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes yacen muertos, víctimas de la espada. Ahora están sepultados en lo más profundo de la fosa, ¡tendidos alrededor de su tumba!
24 »Allí está Elam, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes bajaron como paganos a lo más profundo de la fosa. Yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa.
25 A Elam le han preparado una cama en medio de los muertos, entre los paganos que murieron a filo de espada y que ahora rodean su tumba. Ellos sembraron el terror en la tierra de los vivientes, pero ahora yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. Allí quedaron, entre gente que murió asesinada.
26 »Allí están Mésec y Tubal, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos son paganos, muertos a filo de espada porque sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
27 No yacen con los héroes caídos de entre los paganos, que bajaron al abismo con sus armas de guerra y que tienen sus espadas bajo la cabeza. El castigo de sus pecados cayó sobre sus huesos, porque estos héroes sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
28 »Ahí estarás tú, Egipto, en medio de los paganos, quebrado y sepultado junto con los que murieron a filo de espada.
29 »Allí está Edom, con sus reyes y príncipes. A pesar de todo su poder, también ellos yacen tendidos junto a los que murieron a filo de espada. Yacen entre los paganos, con los que descendieron a la fosa.
30 »Allí están todos los príncipes del norte, y todos los de Sidón. A pesar del terror que sembraron con su poderío, también ellos bajaron, envueltos en deshonra, con los que murieron a filo de espada. Son paganos, y ahora yacen tendidos entre los que murieron a filo de espada, en medio de los que descendieron a la fosa.
31 »El faraón los verá y se consolará de la muerte de toda su gente, pues él y todo su ejército morirán a filo de espada. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
32 »Aunque yo hice que el faraón sembrara el terror en la tierra de los vivientes, él y todo su ejército serán sepultados entre los paganos, con los que murieron a filo de espada. Lo afirma el SEÑOR omnipotente».
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Ezequiel 33

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: “Cuando yo envío la guerra a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela,
3 si este ve acercarse al ejército enemigo, toca la trompeta para advertir al pueblo.
4 Entonces, si alguien escucha la trompeta pero no se da por advertido, y llega la espada y lo mata, él mismo será el culpable de su propia muerte.
5 Como escuchó el sonido de la trompeta pero no le hizo caso, será responsable de su propia muerte, pues si hubiera estado atento se habría salvado.
6 »”Ahora bien, si el centinela ve que se acerca el enemigo y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte”.
7 »A ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, oirás la palabra de mi boca, y advertirás de mi parte al pueblo.
8 Cuando yo le diga al malvado: “¡Vas a morir!”, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre.
9 En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado pero tú habrás salvado tu vida.
10 »Hijo de hombre, diles a los israelitas: “Ustedes dicen: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir?’”
11 Diles: “Tan cierto como que yo vivo —afirma el SEÑOR omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”
12 »Tú, hijo de hombre, diles a los hijos de tu pueblo: “Al justo no lo salvará su propia justicia si comete algún pecado; y la maldad del impío no le será motivo de tropiezo si se convierte. Si el justo peca, no se podrá salvar por su justicia anterior.
13 Si yo le digo al justo: ‘¡Vivirás!’, pero él se atiene a su propia justicia y hace lo malo, no se le tomará en cuenta su justicia, sino que morirá por la maldad que cometió.
14 En cambio, si le digo al malvado: ‘¡Morirás!’, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud,
15 y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece los preceptos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá.
16 No se le tomará en cuenta ninguno de los pecados que antes cometió, sino que vivirá por haber actuado con justicia y rectitud”.
17 »Los hijos de tu pueblo dicen: “El SEÑOR no actúa con justicia”. En realidad, los que no actúan con justicia son ellos.
18 Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello.
19 Y si el malvado deja de hacer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá.
20 A pesar de esto, ustedes siguen repitiendo: “El SEÑOR no actúa con justicia”. Pero yo, israelitas, los juzgaré a cada uno de ustedes según su conducta».
21 El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad ha sido conquistada».
22 La noche antes de que llegara el fugitivo, la mano del SEÑOR vino sobre mí y me dejó mudo. A la mañana siguiente, cuando vino el hombre, el SEÑOR me devolvió el habla.
23 Luego el SEÑOR me dirigió la palabra:
24 «Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel, anda diciendo: “Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión”.
25 Por tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Ustedes comen carne con sangre, adoran a sus ídolos, y derraman sangre, ¿y aun así pretenden poseer el país?
26 Además, confían en sus espadas, cometen abominaciones, viven en adulterio con la mujer de su prójimo, ¿y aun así pretenden poseer el país?”
27 »Por tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Tan cierto como que yo vivo, que los que habitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan por el campo abierto se los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste.
28 Convertiré al país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados, y nadie más pasará por ellos.
29 Y cuando yo deje a este país como un desierto desolado por culpa de los actos detestables que ellos cometieron, sabrán que yo soy el SEÑOR”.
30 »En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: “Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el SEÑOR”.
31 Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas.
32 En realidad, tú eres para ellos tan solo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica.
33 No obstante, cuando todo esto suceda —y en verdad está a punto de cumplirse—, sabrán que hubo un profeta entre ellos».
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Ezequiel 34

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño?
3 Ustedes se beben la leche, se visten con la lana, y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño.
4 No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida; no van por la descarriada ni buscan a la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia.
5 Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes.
6 Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas.
7 »”Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del SEÑOR:
8 Tan cierto como que yo vivo —afirma el SEÑOR omnipotente—, que por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos pero no de mis ovejas.
9 Por tanto, pastores, escuchen la palabra del SEÑOR.
10 Así dice el SEÑOR omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis ovejas, para que no les sirvan de alimento.
11 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño.
12 Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, se hayan dispersado.
13 Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países, y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los vados y en todos los poblados del país.
14 Las haré pastar en los mejores pastos, y su aprisco estará en los montes altos de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo y se alimentarán de los mejores pastos de los montes de Israel.
15 Yo mismo apacentaré mi rebaño, y lo llevaré a descansar. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
16 Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero exterminaré a las ovejas gordas y robustas. Yo las pastorearé con justicia.
17 »”En cuanto a ti, rebaño mío, esto es lo que dice el SEÑOR omnipotente: Juzgaré entre ovejas y ovejas, y entre carneros y chivos.
18 ¿No les basta con comerse los mejores pastos, sino que tienen también que pisotear lo que queda? ¿No les basta con beber agua limpia, sino que tienen que enturbiar el resto con las patas?
19 Por eso mis ovejas tienen ahora que comerse el pasto que ustedes han pisoteado, y beberse el agua que ustedes han enturbiado.
20 »”Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Yo mismo voy a juzgar entre las ovejas gordas y las flacas.
21 Por cuanto ustedes han empujado con el costado y con la espalda, y han atacado a cornadas a las más débiles, hasta dispersarlas,
22 voy a salvar a mis ovejas, y ya no les servirán de presa. Yo juzgaré entre ovejas y ovejas.
23 Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor.
24 Yo, el SEÑOR, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el SEÑOR, lo he dicho.
25 »”Estableceré con ellas un pacto de paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan habitar seguras en el desierto y dormir tranquilas en los bosques.
26 Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.
27 Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas, y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.
28 Ya no volverán a ser presa de las naciones, ni serán devoradas por las fieras. Vivirán seguras y nadie les infundirá temor.
29 Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra, ni tendrán que soportar los insultos de las naciones.
30 Entonces sabrán que yo, el SEÑOR su Dios, estoy con ellos, y que ellos, el pueblo de Israel, son mi pueblo. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo,
31 y afirmo también que yo soy su Dios y que ustedes son mis ovejas, las ovejas de mi prado”».
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Ezequiel 35

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, vuélvete hacia la montaña de Seír y profetiza contra ella.
3 Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente:»“Aquí estoy contra ti, montaña de Seír.Contra ti extenderé mi mano,y te convertiré en un desierto desolado.
4 Tus ciudades quedarán en ruinas,y tú serás una desolación.Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.
5 »”En el día del castigo final de los israelitas, en el tiempo de su calamidad, tú les hiciste la guerra, y has mantenido contra ellos una enemistad proverbial. Por lo tanto,
6 tan cierto como que yo vivo, que te anegaré en sangre, y la sangre te perseguirá. Lo afirma el SEÑOR omnipotente: eres culpable de muerte, y la muerte no te dará tregua.
7 Haré de la montaña de Seír un desierto desolado, y exterminaré a todo el que pase o venga por allí.
8 Llenaré de víctimas tus montes; los que han muerto a filo de espada cubrirán tus colinas, tus valles y los cauces de tus ríos.
9 Para siempre te convertiré en una desolación; tus ciudades quedarán deshabitadas. Entonces sabrás que yo soy el SEÑOR.
10 »”Porque tú has dicho: ‘A pesar de que el Señor viva allí, las dos naciones y los dos territorios serán míos, y yo seré su dueño’.
11 Por eso, tan cierto como que yo vivo, que haré contigo conforme al furor y celo con que tú actuaste en tu odio contra ellos. Lo afirma el SEÑOR. Y cuando yo te castigue me haré conocer entre ellos.
12 Entonces sabrás que yo, el SEÑOR, he oído todas las injurias que has proferido contra las montañas de Israel. Tú dijiste desafiante: ‘¡Están devastados! ¡Ahora sí me los puedo devorar!’
13 Me has desafiado con arrogancia e insolencia, y te he escuchado.
14 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Para alegría de toda la tierra, yo los voy a destruir.
15 Así como se alegraron cuando quedó devastada la herencia del pueblo de Israel, también yo me alegraré de ti. Tú, montaña de Seír, y todo el territorio de Edom, quedarán desolados. Así sabrán que yo soy el SEÑOR”.
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Ezequiel 36

1 »Tú, hijo de hombre, profetiza contra los montes de Israel y diles: “Montes de Israel, escuchen la palabra del SEÑOR.
2 Así dice el SEÑOR omnipotente: El enemigo se ha burlado de ustedes diciendo: ‘Las antiguas colinas ya son nuestras’”.
3 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “A ustedes los han asolado y arrasado por todas partes; se han convertido en posesión del resto de las naciones, y además han sido objeto de burla y de insultos por parte de la gente.
4 Por eso, montes de Israel, escuchen la palabra del SEÑOR omnipotente. Así habla el SEÑOR omnipotente a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, a las ruinas desoladas y a los pueblos deshabitados, saqueados y escarnecidos por los pueblos vecinos.
5 Esto dice el SEÑOR omnipotente: En el ardor de mi celo me he pronunciado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, porque con mucha alegría y profundo desprecio se han apoderado de mi tierra para destruirla y saquearla”.
6 »Por eso, profetiza contra Israel, y adviérteles a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, que así dice el SEÑOR omnipotente: “En mi celo y en mi furor he hablado, porque ustedes han sufrido el oprobio de las naciones.
7 Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Juro con la mano en alto que las naciones vecinas también sufrirán su propia deshonra.
8 »”Ustedes, en cambio, montes de Israel, echarán ramas y producirán frutos para mi pueblo Israel, porque ya está por regresar.
9 Yo estoy preocupado por ustedes, y los voy a proteger. Ustedes, los montes, volverán a ser sembrados y cultivados,
10 y multiplicaré al pueblo de Israel. Las ciudades serán repobladas, y reconstruidas las ruinas.
11 Sobre ustedes multiplicaré a los hombres y animales, y ellos serán fecundos y numerosos. Los poblaré como en tiempos pasados, y los haré prosperar más que antes. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR.
12 Haré que mi pueblo Israel transite por el territorio de ustedes. Él te poseerá, y tú serás parte de su herencia, y ya nunca más los privarás de sus hijos.
13 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Por cuanto te han dicho que tú devoras a los hombres y dejas sin hijos a tu propio pueblo,
14 el SEÑOR omnipotente afirma: Ya no devorarás más hombres, ni dejarás sin hijos a tu pueblo.
15 Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
16 El SEÑOR me dirigió otra vez la palabra:
17 «Hijo de hombre, cuando los israelitas habitaban en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y sus acciones. Su conducta ante mí era semejante a la impureza de una mujer en sus días de menstruación.
18 Por eso, por haber derramado tanta sangre sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos, desaté mi furor contra ellos.
19 Los dispersé entre las naciones, y quedaron esparcidos entre diversos pueblos. Los juzgué según su conducta y sus acciones.
20 Pero al llegar a las distintas naciones, ellos profanaban mi santonombre, pues se decía de ellos: “Son el pueblo del SEÑOR, pero han tenido que abandonar su tierra”.
21 Así que tuve que defender mi santo nombre, el cual los israelitas profanaban entre las naciones por donde iban.
22 »Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “Voy a actuar, pero no por ustedes sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido.
23 Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
24 Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos, y los haré regresar a su propia tierra.
25 Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías.
26 Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.
27 Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes.
28 Vivirán en la tierra que les di a sus antepasados, y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.
29 Los libraré de todas sus impurezas. Haré que tengan trigo en abundancia, y no permitiré que sufran hambre.
30 Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo, para que no sufran más entre las naciones el oprobio de pasar hambre.
31 Así se acordarán ustedes de su mala conducta y de sus acciones perversas, y sentirán vergüenza por sus propias iniquidades y prácticas detestables.
32 Y quiero que sepan que esto no lo hago por consideración a ustedes. Lo afirma el SEÑOR. ¡Oh, pueblo de Israel, sientan vergüenza y confusión por su conducta!
33 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: El día que yo los purifique de todas sus iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas.
34 Se cultivará la tierra desolada, y ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella.
35 Entonces se dirá: ‘Esta tierra, que antes yacía desolada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas’.
36 Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el SEÑOR, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el SEÑOR, lo he dicho, y lo cumpliré”.
37 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Todavía he de concederle al pueblo de Israel que me suplique aumentar el número de sus hombres, hasta que sean como un rebaño.
38 Entonces las ciudades desoladas se llenarán de mucha gente. Serán como las ovejas que, durante las fiestas solemnes, se llevan a Jerusalén para los sacrificios. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR».
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Ezequiel 37

1 La mano del SEÑOR vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos.
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «SEÑOR omnipotente, tú lo sabes».
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del SEÑOR!
5 Así dice el SEÑOR omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir.
6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR’”».
7 Tal y como el SEÑOR me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí.
8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
9 Entonces el SEÑOR me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el SEÑOR omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’”».
10 Yo profeticé, tal como el SEÑOR me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!
11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!”
12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel.
13 Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el SEÑOR.
14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el SEÑOR, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el SEÑOR”».
15 El SEÑOR me dirigió la palabra:
16 «Hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: “Para Judá y sus aliados los israelitas”. Luego toma otra vara y escribe: “Para José, vara de Efraín, y todos sus aliados los israelitas”.
17 Júntalas, la una con la otra, de modo que formen una sola vara en tu mano.
18 »Cuando la gente de tu pueblo te pregunte: “¿Qué significa todo esto?”,
19 tú les responderás que así dice el SEÑOR omnipotente: “Voy a tomar la vara de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel que están unidas a él, y la uniré a la vara de Judá. Así haré con ellos una sola vara, y en mi mano serán una sola”.
20 Sostén en tu mano las varas sobre las cuales has escrito, de modo que ellos las vean,
21 y adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “Tomaré a los israelitas de entre las naciones por donde han andado, y de todas partes los reuniré y los haré regresar a su propia tierra.
22 Y en esta tierra, en los montes de Israel, haré de ellos una sola nación. Todos estarán bajo un solo rey, y nunca más serán dos naciones ni estarán divididos en dos reinos.
23 Ya no se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus iniquidades ni actos abominables. Yo los libraré y los purificaré de todas sus infidelidades. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
24 Mi siervo David será su rey, y todos tendrán un solo pastor. Caminarán según mis leyes, y cumplirán mis preceptos y los pondrán en práctica.
25 Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, donde vivieron sus antepasados. Ellos, sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, y mi siervo David será su príncipe eterno.
26 Y haré con ellos un pacto de paz. Será un pacto eterno. Haré que se multipliquen, y para siempre colocaré mi santuario en medio de ellos.
27 Habitaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
28 Y cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el SEÑOR he hecho de Israel un pueblo santo”».
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Ezequiel 38

1 El SEÑOR me dirigió la palabra:
2 «Hijo de hombre, encara a Gog, de la tierra de Magog, príncipe soberano de Mésec y Tubal. Profetiza contra él
3 y adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “Yo estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mésec y Tubal.
4 Te haré volver, te pondré garfios en la boca y te sacaré con todo tu ejército, caballos y jinetes. Todos ellos están bien armados; son una multitud enorme, con escudos y broqueles; todos ellos empuñan la espada.
5 Con ellos están Persia, Etiopía y Fut, todos ellos armados con escudos y yelmos.
6 Gómer también está allí, con todas sus tropas, y también Bet Togarma, desde el lejano norte, con todas sus tropas y muchos ejércitos que son tus aliados.
7 »”Prepárate, manténte alerta, tú y toda la multitud que está reunida a tu alrededor; ponlos bajo tu mando.
8 Al cabo de muchos días se te encomendará una misión. Después de muchos años invadirás un país que se ha recuperado de la guerra, una nación que durante mucho tiempo estuvo en ruinas, pero que ha sido reunido de entre los muchos pueblos en los montes de Israel. Ha sido sacado de entre las naciones, y ahora vive confiado.
9 Pero tú lo invadirás como un huracán. Tú, con todas tus tropas y todos tus aliados, serás como un nubarrón que cubrirá la tierra.
10 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: En aquel día harás proyectos, y maquinarás un plan perverso.
11 Y dirás: ‘Invadiré a un país indefenso; atacaré a un pueblo pacífico que habita confiado en ciudades sin muros, puertas y cerrojos.
12 Lo saquearé y me llevaré el botín; atacaré a las ciudades reconstruidas de entre las ruinas, al pueblo reunido allí de entre las naciones; es un pueblo rico en ganado y posesiones, que se cree el centro del mundo’.
13 La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis y todos sus potentados, te preguntarán: ‘¿A qué vienes? ¿A despojarnos de todo lo nuestro? ¿Para eso reuniste a tus tropas? ¿Para quitarnos la plata y el oro, y llevarte nuestros ganados y posesiones? ¿Para alzarte con un enorme botín?’”
14 »Por eso, hijo de hombre, profetiza contra Gog y adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “En aquel día, ¿acaso no te enterarás de que mi pueblo Israel vive confiado?
15 Vendrás desde el lejano norte, desde el lugar donde habitas, junto con otros pueblos numerosos. Todos ellos vendrán montados a caballo, y serán una gran multitud, un ejército poderoso.
16 En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel, y como un nubarrón cubrirás el país. Yo haré que tú, Gog, vengas contra mi tierra, para que las naciones me conozcan y para que, por medio de ti, mi santidad se manifieste ante todos ellos.
17 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: A ti me refería yo cuando en tiempos pasados hablé por medio de mis siervos, los profetas de Israel. En aquel tiempo, y durante años, ellos profetizaron que yo te haría venir contra los israelitas.
18 Pero el día en que Gog invada a Israel, mi ira se encenderá con furor. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
19 En el ardor de mi ira, declaro que en aquel momento habrá un gran terremoto en la tierra de Israel.
20 Ante mí temblarán los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo, los reptiles que se arrastran, y toda la gente que hay sobre la faz de la tierra. Se derrumbarán los montes, se desplomarán las pendientes escarpadas, y todos los muros se vendrán abajo.
21 En todos los montes convocaré a la guerra contra Gog, y la espada de cada cual se volverá contra su prójimo —afirma el SEÑOR—.
22 Yo juzgaré a Gog con peste y con sangre; sobre él y sobre sus tropas, lo mismo que sobre todas sus naciones aliadas, haré caer lluvias torrenciales, granizo, fuego y azufre.
23 De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR”.
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Ezequiel 39

1 »Hijo de hombre, profetiza contra Gog y adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “Yo estoy contra ti, Gog, príncipe soberano de Mésec y Tubal.
2 Te haré volver y te arrastraré; te haré salir del lejano norte, y te haré venir contra los montes de Israel.
3 Quebraré el arco que llevas en la mano izquierda, y arrojaré a la basura las flechas que llevas en la mano derecha.
4 Caerás sobre los montes de Israel, junto con tus tropas y las naciones que te acompañan. Te arrojaré a las aves de rapiña y a las fieras salvajes para que te devoren.
5 Y caerás en campo abierto, porque yo lo he dicho. Y enviaré fuego sobre Magog y sobre los que habitan confiados en las costas. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
7 »”Y me daré a conocer en medio de mi pueblo Israel. Ya no permitiré que mi santonombre sea profanado; las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR, el santo de Israel.
8 Todo esto se acerca, y está a punto de suceder. Este es el día del que he hablado. Yo, el SEÑOR, lo afirmo.
9 »”Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán y prenderán una hoguera, y allí quemarán sus armas: escudos y broqueles, arcos y flechas, mazas y lanzas. ¡Tendrán suficiente leña para hacer fuego durante siete años!
10 No tendrán que ir a buscar leña al monte, ni tendrán que cortarla de los bosques, porque la leña que usarán serán sus propias armas. Además, saquearán a sus saqueadores y despojarán a sus despojadores. Lo afirma el SEÑOR.
11 »”En aquel día abriré en Israel, en el valle de los Viajeros, frente al mar, una tumba para Gog. Ese lugar le cortará el paso a los viajeros. Allí enterrarán a Gog y a todo su ejército, y lo llamarán Valle del ejército de Gog.
12 Para enterrarlos, y purificar así el país, los israelitas necesitarán siete meses.
13 Toda la gente del país los enterrará. Y el día en que yo me glorifique será para ellos un día memorable. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
14 »”Al cabo de esos siete meses, elegirán hombres que se encarguen de recorrer el país, y junto con otros enterrarán a los que aún queden sobre la tierra, y así purificarán al país.
15 Cuando al recorrer el país uno de estos hombres encuentre algún hueso humano, colocará a su lado una señal, hasta que los enterradores lo sepulten en el Valle del ejército de Gog.
16 De esa manera purificarán al país. También allí habrá una ciudad llamada ‘El ejército’”.
17 »Hijo de hombre, así dice el SEÑOR omnipotente: Diles a todas las aves del cielo, y a todas las fieras, que se reúnan de todos los alrededores y vengan al sacrificio que les ofrezco, un gran sacrificio sobre los montes de Israel. Allí comerán carne y beberán sangre:
18 carne de poderosos guerreros, sangre de los príncipes de la tierra, como si fuera de carneros o corderos, de chivos o becerros, todos ellos engordados en Basán.
19 Del sacrificio que voy a preparar, comerán grasa hasta hastiarse y beberán sangre hasta emborracharse.
20 En mi mesa se hartarán de caballos y de jinetes, de guerreros valientes y de toda clase de soldados. Yo, el SEÑOR, lo afirmo.
21 »Yo manifestaré mi gloria entre las naciones. Todas ellas verán cómo los he juzgado y castigado.
22 Y a partir de ese día, los israelitas sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios.
23 Y sabrán las naciones que el pueblo de Israel fue al exilio por causa de sus iniquidades, y porque me fueron infieles. Por eso les di la espalda y los entregué en manos de sus enemigos, y todos ellos cayeron a filo de espada.
24 Los traté conforme a sus impurezas y rebeliones, y les volví la espalda.
25 »Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: Ahora voy a cambiar la suerte de Jacob. Tendré compasión de todo el pueblo de Israel, y celaré el prestigio de mi santo nombre.
26 Cuando habiten tranquilos en su tierra, sin que nadie los perturbe, olvidarán su vergüenza y todas las infidelidades que cometieron contra mí.
27 Cuando yo los haga volver de entre las naciones, y los reúna de entre los pueblos enemigos, en presencia de muchas naciones y por medio de ellos manifestaré mi santidad.
28 Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, quien los envió al exilio entre las naciones, pero que después volví a reunirlos en su propia tierra, sin dejar a nadie atrás.
29 Ya no volveré a darles la espalda, pues derramaré mi Espíritu sobre Israel. Yo, el SEÑOR, lo afirmo».
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Ezequiel 40

1 Transcurría el año veinticinco del exilio cuando el SEÑOR puso su mano sobre mí, y me llevó a Jerusalén. Esto sucedió al comenzar el año, el día diez del mes primero, es decir, catorce años después de la toma de Jerusalén.
2 En una visión divina, Dios me trasladó a la tierra de Israel y me colocó sobre un monte muy alto. Desde allí, mirando al sur, había unos edificios que parecían una ciudad.
3 Dios me llevó allí, y vi un hombre que parecía hecho de bronce. Estaba de pie junto a la puerta, y en su mano tenía una cuerda de lino y una vara de medir.
4 Aquel hombre me dijo: «Hijo de hombre, abre los ojos y presta atención a todo lo que estoy por mostrarte, pues para eso se te ha traído aquí. Anda luego y comunícale a Israel todo lo que veas».
5 Entonces vi un muro que rodeaba el templo por fuera. El hombre tenía en la mano una vara de tres metros, que le servía para medir, y midió el muro, el cual tenía tres metros de ancho por tres metros de alto.
6 Luego se dirigió a la puerta que mira hacia el oriente. Subió sus gradas y midió el umbral de la puerta, el cual medía tres metros de ancho.
7 Cada celda lateral medía tres metros de largo por tres metros de ancho. Entre las celdas había un espacio de dos metros y medio. El umbral junto al vestíbulo de la puerta que daba al templo medía tres metros.
8 Luego midió el vestíbulo de la puerta, hacia el interior, y medía tres metros.
9 Midió el vestíbulo de la puerta que daba al templo, y este medía cuatro metros; sus pilares eran de un metro de ancho.
10 A cada lado de la puerta que daba al oriente había tres celdas del mismo tamaño. A su vez, los pilares que estaban a los lados tenían la misma medida.
11 Aquel hombre midió también la entrada de la puerta, y tenía cinco metros de ancho por seis metros y medio de largo.
12 Delante de cada celda había un pequeño muro que medía medio metro de ancho por lado. Cada celda medía tres metros de ancho por tres metros de largo.
13 Luego midió la puerta desde el techo de una celda hasta el techo de la celda de enfrente, y entre una y otra abertura había una distancia de doce metros y medio.
14 Luego midió el vestíbulo, que era de diez metros. El vestíbulo daba al atrio, que lo rodeaba por completo.
15 Desde el frente de la puerta de entrada hasta la parte interior del vestíbulo, el corredor tenía una extensión de veinticinco metros.
16 En torno de las celdas y de los pilares había ventanas con rejas que daban al interior. También en torno al vestíbulo había ventanas que daban a su interior. Sobre los pilares había grabados de palmeras.
17 Luego el hombre me llevó al atrio exterior. Allí vi unas habitaciones y un enlosado construido alrededor del atrio; las habitaciones que daban al enlosado eran treinta.
18 Este enlosado, que estaba en el piso inferior, bordeaba las puertas y correspondía a la longitud de las mismas.
19 Luego midió la distancia desde el frente de la puerta de abajo hasta el frente del atrio interior, y al este y al norte la distancia era de cincuenta metros.
20 El hombre midió el largo y el ancho de la puerta que daba hacia el norte, es decir, hacia el atrio exterior.
21 Sus celdas, que también eran tres de cada lado, más sus pilares y su vestíbulo, tenían las mismas medidas que la primera puerta: veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho.
22 Sus ventanas, su vestíbulo y sus palmeras tenían las mismas medidas que las de la puerta oriental. A esta puerta se subía por medio de siete gradas, y su vestíbulo estaba frente a ellas.
23 En el atrio interior había una puerta que daba a la puerta del norte, igual que en la puerta del este. El hombre midió la distancia entre las dos puertas, y era de cincuenta metros.
24 Luego me condujo hacia el sur, y allí había una puerta que daba al sur. Midió las celdas, los pilares y el vestíbulo, y todos estos tenían las mismas medidas que los anteriores.
25 La puerta y el vestíbulo también tenían ventanas a su alrededor, al igual que los otros, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho.
26 También se subía a la puerta por medio de siete gradas, y frente a ella estaba su vestíbulo. Los pilares a ambos lados tenían grabados de palmeras.
27 El atrio interior tenía una puerta que daba al sur. El hombre midió la distancia entre una puerta y otra en dirección sur, y era de cincuenta metros.
28 Luego me llevó por la puerta del sur hacia el atrio interior. Midió la puerta del sur, la cual tenía las mismas medidas que las anteriores.
29 Sus celdas, sus pilares y su vestíbulo también tenían las mismas medidas que los anteriores. La puerta y el vestíbulo tenían ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho.
30 En su derredor había unos vestíbulos de doce metros y medio de largo por dos metros y medio de ancho.
31 Su vestíbulo daba hacia el atrio exterior; sus pilares también tenían grabados de palmeras. A esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.
32 También me llevó al atrio interior que daba al oriente, y midió la entrada, y medía igual que las anteriores.
33 Sus celdas, sus pilares y su vestíbulo también tenían las mismas medidas que los anteriores. La puerta y el vestíbulo tenían ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho.
34 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Los pilares tenían a cada lado grabados de palmeras, y a esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.
35 Luego el mismo hombre me llevó a la puerta del norte y la midió: esta tenía las mismas medidas que las otras.
36 También tenía celdas, pilares, vestíbulo y ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho.
37 Su vestíbulo miraba hacia el atrio exterior. Los pilares tenían grabados de palmera a cada lado. A esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.
38 Había una sala que se comunicaba con el vestíbulo de cada puerta. Allí se lavaba el holocausto.
39 En el vestíbulo de la puerta había cuatro mesas, dos de cada lado, donde se mataba a los animales para el holocausto, para la ofrenda por el pecado y para la ofrenda por la culpa.
40 Fuera del vestíbulo, por donde se subía hacia la entrada de la puerta norte, había otras dos mesas; y al otro lado del vestíbulo de la puerta había dos mesas más.
41 De manera que había cuatro mesas de un lado de la puerta y cuatro del otro, es decir, ocho mesas en total, donde se mataba a los animales.
42 Para el holocausto había cuatro mesas talladas en piedra, que medían setenta y cinco centímetros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho, y cincuenta centímetros de alto. Sobre ellas se colocaban los instrumentos con que se mataba a los animales para el holocausto y otros sacrificios.
43 Colocados en el interior, sobre las paredes en derredor, estaban los ganchos dobles, que medían unos veinticinco centímetros de largo. Sobre las mesas se ponía la carne de las ofrendas.
44 En el atrio interior, fuera de las puertas interiores, había dos salas. Una de ellas estaba junto a la puerta del norte que daba al sur, y la otra estaba junto a la puerta del sur que daba al norte.
45 Aquel hombre me dijo: «La sala que da al sur es para los sacerdotes que están encargados del servicio en el templo,
46 mientras que la sala que da al norte es para los sacerdotes encargados del servicio en el altar. Estos son los hijos de Sadoc, y son los únicos levitas que pueden acercarse al SEÑOR para servirle».
47 El hombre midió el atrio, que era un cuadrado de cincuenta metros de largo por cincuenta metros de ancho. El altar estaba frente al templo.
48 Entonces me llevó al vestíbulo del templo y midió sus pilares, y cada uno medía dos metros y medio de grueso. El ancho de la puerta era de siete metros, mientras que las paredes laterales de la puerta medían un metro y medio de ancho.
49 El vestíbulo medía seis metros de largo por diez metros de ancho, y se llegaba a él por una escalera de diez gradas. Junto a cada pilar había una columna.
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Ezequiel 41

1 Luego el hombre me llevó al templo y midió los pilares, los cuales tenían tres metros de un lado y tres metros del otro.
2 El ancho de la entrada era de cinco metros, y cada una de las paredes laterales medía dos metros y medio de ancho. También midió la nave central, la cual medía veinte metros de largo por diez de ancho.
3 Después entró en el recinto interior y midió los pilares de la entrada, los cuales eran de un metro cada uno. La entrada medía tres metros de ancho, y las paredes laterales de la entrada medían tres metros y medio.
4 Después midió la longitud del recinto interior, que era de diez metros de largo; su anchura era de la misma medida. Entonces me dijo: «Este es el Lugar Santísimo».
5 Luego midió el muro del templo, que era de tres metros de espesor. Las salas alrededor del templo medían dos metros de fondo.
6 Estas salas laterales estaban puestas una sobre otra, formando tres pisos. En cada piso había treinta salas. Alrededor de todo el muro del templo había soportes que sobresalían para sostener a las salas laterales, de modo que no estuvieran empotradas en el muro del templo.
7 Las salas laterales alrededor del templo se ensanchaban en cada piso sucesivo. La estructura alrededor del templo estaba construida en niveles ascendentes, de modo que, a medida que se subía, las salas de arriba adquirían mayor amplitud. Una rampa subía desde el piso inferior hasta el superior, pasando por el piso intermedio.
8 También vi que alrededor de todo el templo había una plataforma elevada que servía de base para las salas laterales. Esta base medía tres metros de altura.
9 La pared exterior de las salas tenía un espesor de dos metros y medio, y entre las salas laterales del templo
10 y las habitaciones de los sacerdotes que rodeaban el templo quedaba un espacio libre de diez metros de ancho.
11 Las salas laterales se comunicaban con el espacio libre por medio de dos entradas, una al norte y otra al sur. El ancho del espacio libre alrededor de las salas laterales era de dos metros y medio.
12 El edificio que por el lado oeste quedaba frente al patio medía treinta y cinco metros de ancho, con un muro de dos metros y medio de ancho por cuarenta y cinco metros de largo.
13 El hombre midió el templo, el cual tenía un total de cincuenta metros de largo. También el patio con el edificio adyacente y el muro medían cincuenta metros de largo.
14 El ancho de la fachada del templo, más la parte del patio que da hacia el este, medía cincuenta metros.
15 Luego midió la longitud del edificio posterior del templo que daba al patio, junto con las galerías de ambos lados, y medía cincuenta metros.La nave interior del templo, los vestíbulos del atrio,
16 los umbrales, las ventanas con rejas y las galerías alrededor de los tres pisos, comenzando desde la entrada, estaban recubiertos de madera por todas partes. De arriba a abajo, todo estaba recubierto, incluso las ventanas.
17 Desde la entrada hasta el recinto interior, y alrededor de todo el muro, por dentro y por fuera, en el interior y el exterior,
18 se alternaban los grabados de querubines y palmeras. Cada querubín tenía dos rostros,
19 uno de hombre y otro de león. Cada rostro miraba hacia la palmera que tenía a su costado. Alrededor de todo el templo podían verse los grabados de estos querubines.
20 Desde el suelo hasta la parte superior de las puertas había grabados de querubines y palmeras sobre todas las paredes del templo.
21 Los postes de la entrada al templo eran cuadrados, y frente al Lugar Santísimo había algo que parecía
22 un altar de madera, el cual medía un metro y medio de alto por uno de largo y uno de ancho. Sus esquinas, la base y sus costados eran de madera. El hombre me dijo: «Esta es la mesa que está delante del SEÑOR».
23 Tanto el templo como el Lugar Santísimo tenían puertas dobles.
24 Cada puerta tenía dos hojas; dos hojas giratorias para cada puerta.
25 Sobre la puerta del templo había grabados de querubines y palmeras, como los que había en las paredes. En la fachada del vestíbulo, por la parte exterior, había un alero de madera.
26 Sobre ambos lados del vestíbulo había ventanas con rejas y con grabados de palmeras. Las salas laterales también tenían aleros.
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Ezequiel 42

1 El hombre me sacó al atrio exterior, en dirección al norte, y me hizo entrar a las habitaciones que estaban hacia el norte, frente al patio cerrado y frente al edificio detrás del templo.
2 Todo esto medía cincuenta metros de largo por el lado norte, y veinticinco metros de ancho.
3 Frente a los diez metros del atrio interior, y frente al enlosado del atrio exterior, había en los tres pisos unas galerías, las cuales quedaban unas frente a las otras.
4 Frente a las habitaciones había un pasillo interior de cinco metros de ancho y cincuenta de largo. Las puertas de las habitaciones daban al norte.
5 Las habitaciones del piso superior eran más estrechas que las del piso inferior y las del piso intermedio, porque las galerías les quitaban más espacio a las de arriba.
6 Las habitaciones en el tercer piso no tenían columnas como las habitaciones del atrio, y por eso eran más estrechas que las del piso intermedio y las del piso inferior.
7 Había un muro exterior que corría paralelo y de frente a las habitaciones del atrio exterior, el cual medía veinticinco metros de largo.
8 Las habitaciones que daban al atrio exterior medían veinticinco metros, mientras que las que daban al frente del templo medían cincuenta metros.
9 A las habitaciones del piso inferior se entraba por el atrio exterior, es decir, por el este.
10 Por el lado sur, a lo largo del muro del atrio, frente al patio y frente al edificio detrás del templo, había unas habitaciones.
11 Tenían un pasillo frente a ellas, como el de las habitaciones de la parte norte. A su vez, tenían la misma longitud, el mismo ancho, las mismas salidas, las mismas disposiciones y las mismas entradas.
12 Bajo las habitaciones que daban al sur, frente al muro que daba al este, que era por donde se podía entrar a ellas, había una entrada al comienzo de cada pasillo.
13 El hombre me dijo: «Las habitaciones del norte y del sur, que están frente al patio, son las habitaciones sagradas. Allí es donde los sacerdotes que se acercan al SEÑOR comerán las ofrendas más sagradas. Allí colocarán la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa, porque el lugar es santo.
14 Cuando los sacerdotes entren allí, no saldrán al atrio exterior sin dejar antes las vestiduras con que ministran, porque esas vestiduras son santas. Antes de acercarse a los lugares destinados para el pueblo deberán vestirse con otra ropa».
15 Cuando el hombre terminó de medir el interior del templo, me hizo salir por la puerta que da al oriente, y midió todo el contorno.
16 Tomó la vara para medir el lado oriental, y este midió doscientos cincuenta metros.
17 Después midió el lado norte, y también medía doscientos cincuenta metros;
18 luego el lado sur: doscientos cincuenta metros;
19 luego se volvió hacia el lado oeste y lo midió: doscientos cincuenta metros.
20 El hombre tomó las medidas de los cuatro lados. La zona estaba rodeada por un muro que medía doscientos cincuenta metros de largo por doscientos cincuenta metros de ancho. Este muro separaba lo sagrado de lo profano.
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Ezequiel 43

1 Entonces el hombre me llevó a la puerta que da al oriente,
2 y vi que la gloria del Dios de Israel venía del oriente, en medio de un ruido ensordecedor, semejante al de un río caudaloso; y la tierra se llenó de su gloria.
3 Esta visión era semejante a la que tuve cuando el SEÑOR vino a destruir la ciudad de Jerusalén, y a la que tuve junto al río Quebar. Me incliné rostro en tierra,
4 y la gloria del SEÑOR entró al templo por la puerta que daba al oriente.
5 Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y vi que la gloria del SEÑOR había llenado el templo.
6 Mientras el hombre estaba de pie a mi lado, oí que alguien me hablaba desde el templo.
7 Me decía: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies; aquí habitaré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi santonombre con sus infidelidades, ni con sus tumbas reales y sus cultos idolátricos.
8 Los israelitas profanaron mi santo nombre con sus acciones detestables, pues colocaron su umbral y sus postes junto a los míos, con tan solo un muro de por medio. Por eso, en mi ira los exterminé.
9 Que alejen ahora de mí sus infidelidades y sus tumbas reales, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.
10 »Hijo de hombre, cuéntale al pueblo de Israel acerca del templo, con sus planos y medidas, para que se avergüencen de sus iniquidades.
11 Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, hazles conocer el diseño del templo y su estructura, con sus salidas y entradas, es decir, todo su diseño, al igual que sus preceptos y sus leyes. Pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que sean fieles a todo su diseño y cumplan todos sus preceptos.
12 »Esta es la ley del templo: todo el terreno que lo rodea sobre la cumbre del monte será un Lugar Santísimo. Tal es la ley del templo».
13 Estas son las medidas del altar: Alrededor del altar había una fosa de medio metro de hondo por medio metro de ancho, con un reborde de veinticinco centímetros alrededor de toda la orilla. La altura del altar era la siguiente:
14 Desde la fosa en el suelo hasta el zócalo inferior tenía un metro de alto y medio metro de ancho; y desde el zócalo inferior hasta el zócalo superior, medía dos metros de alto y medio metro de ancho.
15 El fogón del altar medía dos metros, y desde allí se erguían cuatro cuernos.
16 El fogón del altar era un cuadrado perfecto de seis metros de largo por seis de ancho.
17 El zócalo superior también era un cuadrado de siete metros de largo por siete de ancho, y alrededor de todo el altar había un reborde de veinticinco centímetros. La fosa alrededor del altar tenía medio metro de ancho. Las gradas del altar daban al oriente.
18 Luego el hombre me dijo: «Hijo de hombre, así dice el SEÑOR omnipotente: El día que se construya el altar para ofrecer los holocaustos y para derramar la sangre, se deberán seguir estas normas:
19 A los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc que se acercan para servirme les darás un ternero para que lo ofrezcan como sacrificio por el pecado. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
20 Luego tomarás un poco de la sangre, y con ella rociarás los cuatro cuernos, las cuatro esquinas del zócalo superior y todo el reborde que lo rodea. Así lo purificarás y harás expiación por él.
21 Después tomarás el ternero del sacrificio por el pecado, y este será quemado en el lugar señalado en el templo, fuera del santuario.
22 »Al segundo día, ofrecerás como sacrificio por el pecado un macho cabrío sin defecto, y el altar quedará purificado de la misma manera que se purificó con el ternero.
23 Cuando hayas terminado de purificarlo, ofrecerás un ternero y un carnero sin defecto
24 en presencia del SEÑOR, y los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como holocausto al SEÑOR.
25 Durante siete días ofrecerás diariamente un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y también un ternero y un carnero del rebaño, ambos sin defecto.
26 Durante siete días los sacerdotes harán la expiación por el altar y lo purificarán; de este modo quedará consagrado.
27 Al cabo de estos siete días, y a partir del día octavo, comenzarán a ofrecer sobre el altar los holocaustos y sacrificios de comunión que ustedes ofrezcan. Entonces yo los aceptaré. Lo afirma el SEÑOR».
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Ezequiel 44

1 El hombre me hizo regresar por la puerta exterior del templo, la que daba al oriente, pero estaba cerrada.
2 Allí el SEÑOR me dijo: «Esta puerta quedará cerrada. No se abrirá, y nadie deberá entrar por ella. Deberá quedar cerrada porque por ella ha entrado el SEÑOR, Dios de Israel.
3 Tan solo el príncipe podrá sentarse junto a la puerta para comer en presencia del SEÑOR. Deberá entrar por el vestíbulo de la puerta, y salir por el mismo lugar».
4 Después el hombre me llevó por el camino de la puerta del norte, que está frente al templo. Al ver que la gloria del SEÑOR llenaba el templo, me postré rostro en tierra.
5 Entonces el SEÑOR me dijo: «Hijo de hombre, presta mucha atención. Abre bien los ojos y escucha atentamente todo lo que voy a decirte sobre las normas y las leyes concernientes al templo. Fíjate bien en quiénes pueden entrar al santuario, y quiénes no.
6 »Adviértele a este pueblo rebelde de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “Pueblo de Israel, ¡basta ya de tus prácticas detestables!
7 Ustedes dejaron entrar en mi santuario a extranjeros, incircuncisos de corazón y de cuerpo, para que profanaran mi templo. Mientras tanto, ustedes me ofrecían alimentos, grasa y sangre, violando así mi pacto con sus acciones detestables.
8 No se ocuparon de cumplir con mi culto sagrado, sino que pusieron a extranjeros a cargo de mi santuario.
9 Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡No entrará en mi templo ningún extranjero incircunciso de corazón y de cuerpo; ni siquiera los extranjeros que habitan entre los israelitas!
10 »”Tendrán que pagar por su iniquidad los levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descarriaba para ir tras sus ídolos.
11 Podrán servir en mi santuario como custodios de las puertas, y en algunos otros menesteres del templo. Ellos serán los que maten los animales para el holocausto y para el sacrificio que presenta el pueblo, y deberán estar dispuestos a servir al pueblo.
12 Pero yo he levantado mi mano contra ellos, y por haber servido al pueblo de Israel delante de sus ídolos, y por hacerlo caer, tendrán que pagar por su iniquidad. Yo, el SEÑOR, lo afirmo.
13 No podrán acercarse a mí para servir como sacerdotes, ni se acercarán a mis objetos sagrados, y menos aún a los objetos santísimos. Tendrán que cargar con la vergüenza de las acciones detestables que han cometido.
14 Sin embargo, los pondré a cargo de la custodia del templo, y de todo el servicio que se deba cumplir en él.
15 »”En cambio, se acercarán para servirme los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc, que estuvieron al servicio de mi santuario cuando los israelitas se descarriaban de mí; y se presentarán ante mí para ofrecerme la grasa y la sangre. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.
16 Solo ellos entrarán en mi santuario y podrán acercarse a mi mesa para servirme y encargarse de mi servicio.
17 Y cuando entren por la puerta del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino. Cuando estén sirviendo a las puertas del atrio interior, o en el templo, no llevarán ropa de lana.
18 Llevarán turbantes de lino sobre la cabeza, y alrededor de la cintura usarán ropa interior de lino. No se pondrán nada en la cintura que los haga transpirar.
19 Y cuando salgan al atrio exterior, donde está el pueblo, deberán quitarse la ropa con que hayan servido y dejarla en las salas sagradas. Luego se cambiarán de ropa, a fin de no santificar al pueblo por medio de sus vestiduras.
20 »”No se raparán la cabeza, pero tampoco se dejarán largo el cabello, sino que se lo recortarán prolijamente.
21 »”Ningún sacerdote deberá beber vino cuando entre en el atrio interior.
22 »”No deberá casarse con una viuda o una divorciada, sino solo con una israelita que aún sea virgen o con la viuda de un sacerdote.
23 »”Deberán enseñarle a mi pueblo a distinguir entre lo sagrado y lo profano, y mostrarle cómo diferenciar entre lo puro y lo impuro.
24 »”En cualquier pleito, los sacerdotes fungirán como jueces y juzgarán según mis ordenanzas. En todas mis fiestas observarán mis leyes y mis preceptos, y observarán mis sábados, pues son días santos.
25 »”El sacerdote no deberá acercarse a un cadáver, para no contaminarse. Solo podrá contaminarse si el cadáver es de su propio padre, o de su madre, hijo, hija, hermano, o hermana soltera.
26 Si queda contaminado, deberá purificarse, y luego esperar siete días.
27 El día en que vuelva a entrar en el atrio interior del santuario para cumplir su servicio, deberá ofrecer su sacrificio por el pecado. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
28 »”Los sacerdotes no tendrán ninguna heredad, porque su heredad soy yo. Ustedes no les darán ninguna propiedad en Israel. Su propiedad soy yo.
29 Ellos se alimentarán de la ofrenda de cereal y de las víctimas ofrecidas por el pecado y por la culpa. Además, todo lo que los israelitas consagren al SEÑOR será para ellos.
30 También recibirán lo mejor de todas las primicias y de todas las ofrendas que ustedes presenten. Les darán a los sacerdotes, para su pan, lo mejor de sus masas. Así mi bendición reposará sobre los hogares de ustedes.
31 Los sacerdotes no comerán ningún animal, sea ave o bestia, que sea encontrado muerto o despedazado por una fiera.
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Ezequiel 45

1 »”Cuando por sorteo se repartan la tierra como herencia, deberán reservar una porción de terreno, la cual será consagrada al SEÑOR. Esta porción santa será de doce mil quinientos metros de largo por diez mil de ancho. Todo este territorio será santo.
2 De allí se adjudicará para el santuario un terreno cuadrado de doscientos cincuenta metros por lado. Además, alrededor de ese terreno se reservará un espacio libre de veinticinco metros de ancho.
3 En esa sección reservada apartarás una parcela de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, donde estará el santuario, el Lugar Santísimo.
4 Esta será la porción santa de tierra para los sacerdotes que sirven en el santuario y que se acercan para servir al SEÑOR. Allí construirán sus casas, y también el santuario del SEÑOR.
5 Además, a los levitas que sirven en el templo se les adjudicará un espacio de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, para que tengan ciudades donde vivir.
6 Y como territorio para la ciudad se asignará, junto a la sección reservada para el santuario, un espacio de dos mil quinientos metros de ancho por doce mil quinientos de largo. Este terreno pertenecerá a todo el pueblo de Israel.
7 »”Al príncipe se le asignará una porción de tierra a ambos lados de la sección reservada para el santuario y de la sección reservada para la ciudad. Por el lado oeste se extenderá hacia el oeste, y hacia el este por el lado oriental. Su longitud de este a oeste será igual a la de los terrenos asignados a una de las tribus.
8 Esta tierra será su posesión en Israel; así mis príncipes no volverán a oprimir a mi pueblo, sino que dejarán que las tribus de Israel ocupen la tierra.
9 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: ¡Basta ya, príncipes de Israel! ¡Abandonen la violencia y la explotación! ¡Practiquen el derecho y la justicia! ¡Dejen de extorsionar a mi pueblo! Lo afirma el SEÑOR.
10 ¡Usen balanzas justas, y pesas y medidas exactas!
11 Para sólidos y líquidos usarán la misma unidad de medida. El jómer de doscientos veinte litros servirá de patrón. Un bato de líquido será igual a una décima de jómer, y un efa de granos será igual a una décima de jómer.
12 En cuanto a las medidas de peso: una mina será igual a veinte siclos, y un siclo será igual a veinte guerás.
13 »”Esta es la ofrenda especial que presentarán: por cada jómer de trigo, la sexta parte de un efa; por cada jómer de cebada, la sexta parte de un efa.
14 La medida para el aceite es la siguiente: por cada coro, la décima parte de un bato; esto equivale a diez batos, y también a un jómer, ya que diez batos equivalen a un jómer.
15 »”En cuanto a las ovejas, se tomará una de cada doscientas de los rebaños que pastan en las mejores praderas de Israel. Estas se usarán para las ofrendas de cereales, el holocausto y el sacrificio de comunión, a fin de hacer expiación por ellos —afirma el SEÑOR—.
16 Todo el pueblo estará obligado a contribuir para esta ofrenda especial del príncipe de Israel.
17 Pero en las fiestas, lunas nuevas y sábados, y en todas las fiestas señaladas en el pueblo de Israel, al príncipe le corresponderá proveer los holocaustos, las ofrendas de cereales y las libaciones. Deberá también proveer la ofrenda por el pecado, las ofrendas de cereales, el holocausto y los sacrificios de comunión, para hacer expiación por los pecados de Israel.
18 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: El día primero del mes primero tomarás un ternero sin defecto y lo ofrecerás como sacrificio para purificar de pecado al templo.
19 De la ofrenda por el pecado el sacerdote tomará un poco de sangre y la pondrá sobre los postes de la puerta del templo, en las cuatro esquinas del zócalo superior del altar, y en los postes de la puerta del atrio interior.
20 Lo mismo harás el día siete del mes con todo el que haya pecado sin intención o por ignorancia. Así el templo quedará purificado.
21 »”El día catorce del mes primero deberás celebrar la fiesta de la Pascua. Durante siete días comerás pan sin levadura.
22 Ese día el príncipe deberá ofrecer un ternero como sacrificio por su pecado y el de todo el pueblo.
23 Y cada día, durante los siete días de la fiesta, el príncipe deberá ofrecer en holocausto al Señor siete terneros y siete carneros sin defecto. Además, cada día ofrecerá un macho cabrío como sacrificio por el pecado.
24 También ofrecerá, como ofrenda de cereal, un efa por cada ternero, un efa por cada carnero, y un hin de aceite por cada efa.
25 »”Durante los siete días de la fiesta, que comienza el día quince del mes séptimo, el príncipe deberá proveer lo mismo para el sacrificio por el pecado, el holocausto y las ofrendas de cereales y de aceite.
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Ezequiel 46

1 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: La puerta oriental del atrio interior permanecerá cerrada durante los días laborables, pero se abrirá los sábados y los días de luna nueva.
2 El príncipe entrará por el vestíbulo de la puerta, y se detendrá junto a uno de los postes de la puerta; entonces los sacerdotes ofrecerán sus holocaustos y sus sacrificios de comunión. El príncipe adorará junto al umbral de la puerta, y luego saldrá; la puerta, sin embargo, no se cerrará hasta el atardecer.
3 »”Los sábados y los días de luna nueva el pueblo de esta tierra adorará en presencia del SEÑOR, frente a la misma puerta.
4 El holocausto que el príncipe ofrecerá al SEÑOR el día sábado será de seis corderos y un carnero, todos ellos sin defecto alguno.
5 La ofrenda de cereales será de un efa por carnero, y por los corderos, lo que pueda darse; por cada efa deberá ofrecer un hin de aceite.
6 En el día de luna nueva deberá ofrecer un ternero, seis corderos y un carnero, todos ellos sin defecto alguno.
7 Por el ternero ofrecerá una ofrenda de cereales de un efa, y lo mismo por el carnero. Por los corderos, la ofrenda de cereales será según lo que pueda darse, y por cada efa deberá ofrecer un hin de aceite.
8 »”Cuando el príncipe entre, lo hará por el vestíbulo de la puerta, y saldrá por el mismo lugar.
9 Pero cuando el pueblo se presente delante del SEÑOR durante las fiestas señaladas, el que entre para adorar por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur; así mismo, el que entre por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte. Nadie saldrá por la misma puerta por la que entró, sino que siempre saldrá por la de enfrente.
10 Y cuando entren y cuando salgan, el príncipe deberá estar entre ellos.
11 En los festivales y en las fiestas señaladas, la ofrenda de cereales será de un efa por cada ternero y lo mismo por cada carnero. Por los corderos será según lo que pueda darse, y por cada efa deberá ofrecerse un hin de aceite.
12 »”Y cuando el príncipe presente una ofrenda voluntaria al SEÑOR, ya sea un holocausto o un sacrificio de comunión, se le abrirá la puerta oriental, y ofrecerá su holocausto o su sacrificio de comunión de la misma manera que lo hace el día sábado. Luego saldrá, y tras él cerrarán la puerta.
13 »”Todas las mañanas ofrecerás, en holocausto al SEÑOR, un cordero de un año sin defecto.
14 De la misma manera, ofrecerás cada mañana una ofrenda de cereales. Será de una sexta parte de un efa, con una tercera parte de un hin de aceite para humedecer la harina. Esta será una ofrenda al SEÑOR, que se presentará siempre, por ordenanza perpetua.
15 Por lo tanto, cada mañana se ofrecerán, como holocausto perpetuo, el cordero, la ofrenda de cereales y la ofrenda de aceite.
16 »”Así dice el SEÑOR omnipotente: Si el príncipe le regala a alguno de sus hijos parte de su herencia, ese regalo le pertenecerá a sus descendientes, pues es su herencia.
17 Pero si le regala parte de su herencia a alguno de sus siervos, esta solo le pertenecerá al siervo hasta el año del jubileo, después de lo cual el siervo se la devolverá al príncipe. La herencia del príncipe es patrimonio de sus descendientes.
18 El príncipe no se apoderará de la herencia del pueblo, ni lo privará de lo que le pertenece. A sus hijos les dará solamente lo que sea parte de su propiedad personal; así en mi pueblo nadie quedará despojado de su propiedad”».
19 Luego el hombre me llevó a la entrada que estaba al lado de la puerta, a las habitaciones que dan al norte y que estaban consagradas para los sacerdotes. Desde allí me mostró un espacio en el fondo, al lado oeste.
20 Y me dijo: «Este es el lugar donde los sacerdotes hervirán la carne de los animales ofrecidos en sacrificio por la culpa o por el pecado. También aquí se cocerán las ofrendas de cereales. Esto es para que no tengan que sacarlas al atrio exterior, pues el pueblo podría entrar en contacto con los objetos sagrados».
21 Entonces me llevó al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio. Vi que en cada ángulo había un pequeño atrio.
22 En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, todos del mismo tamaño, de veinte metros de largo por quince de ancho.
23 Alrededor de los cuatro atrios había un muro, y en todo el derredor de la parte baja del muro había unos fogones.
24 Entonces me dijo: «Estas son las cocinas donde los servidores del templo hervirán los animales para los sacrificios del pueblo».
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Ezequiel 47

1 El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del altar.
2 Luego el hombre me sacó por la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur.
3 El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos.
4 Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura.
5 Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que solo se podía cruzar a nado.
6 Entonces me preguntó: «¿Lo has visto, hijo de hombre?»En seguida me hizo volver a la orilla del río,
7 y al llegar vi que en sus márgenes había muchos árboles.
8 Allí me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces.
9 Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá.
10 Junto al río se detendrán los pescadores, desde Engadi hasta Eneglayin, porque allí habrá lugar para secar sus redes. Los peces allí serán tan variados y numerosos como en el mar Mediterráneo.
11 Pero sus pantanos y marismas no tendrán agua dulce, sino que quedarán como salinas.
12 Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales.
13 »Así dice el SEÑOR omnipotente: Estos son los límites del país que se repartirá como herencia a las doce tribus de Israel, tomando en cuenta que a José le tocará una doble porción.
14 A los antepasados de ustedes les juré darles este país como herencia. Ahora cada uno de ustedes recibirá una parte igual, porque este país es su herencia.
15 »Por el lado norte, comenzando desde el mar Mediterráneo y pasando por la ciudad de Hetlón hasta la entrada de Zedad, los límites del país serán:
16 Jamat, Berotá, Sibrayin —que está entre el territorio de Damasco y el de Jamat— y Jazar Haticón, que limita con Jaurán.
17 Así el límite norte se extenderá desde el mar Mediterráneo hasta Jazar Enán. Al norte quedarán los territorios de Jamat y Jaurán.
18 »Por el oriente, la frontera entre la tierra de Israel y Jaurán, Damasco y Galaad, será el río Jordán hasta la ciudad de Tamar, que está junto al Mar Muerto; este será el lado oriental.
19 »Por el sur, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades, en dirección del torrente de Egipto hasta el mar Mediterráneo. Este será el límite sur.
20 »Por el occidente, la frontera será el mar Mediterráneo, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat. Este será el límite occidental.
21 »Ustedes deberán repartirse esta tierra entre las doce tribus de Israel.
22 La sortearán como herencia entre ustedes, y entre los extranjeros que habiten entre ustedes y que entre ustedes hayan tenido, a los cuales deberán considerar israelitas por nacimiento. Por tanto, estos extranjeros recibirán una herencia con ustedes entre las tribus de Israel.
23 Y en la tribu donde esté residiendo el extranjero, allí le darán su herencia. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
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Ezequiel 48

1 »Estos son los nombres de las tribus, partiendo desde la frontera norte y comenzando con la tribu de Dan, de este a oeste, y desde el Mediterráneo, pasando por Hetlón, hasta Lebó Jamat y Jazar Enán, que es la parte al sur de Damasco y Jamat:
2 »Debajo de Dan, de este a oeste, está la porción de territorio de Aser.
3 »Debajo de Aser, de este a oeste, está la porción de territorio de Neftalí.
4 »Debajo de Neftalí, de este a oeste, está la porción de territorio de Manasés.
5 »Debajo de Manasés, de este a oeste, está la porción de territorio de Efraín.
6 »Debajo de Efraín, de este a oeste, está la porción de territorio de Rubén.
7 »Debajo de Rubén, de este a oeste, está la porción de territorio de Judá.
8 »Debajo de Judá, de este a oeste, está la porción de territorio que reservarás. Será de doce mil quinientos metros de ancho, y de este a oeste su longitud será la misma que la de los otros territorios. En medio de esta porción estará el santuario.
9 »La parcela que ustedes deben reservar para el SEÑOR tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros de ancho.
10 Dentro de esta parcela sagrada, a los sacerdotes les corresponderá una sección exclusiva que medirá doce mil quinientos metros por el norte, y cinco mil metros por el sur. En medio de ella se levantará el santuario del SEÑOR.
11 Esta sección estará destinada a los sacerdotes consagrados, descendientes de Sadoc, que cuando se descarrió el pueblo de Israel se encargaron de mi servicio y no se descarriaron, como los levitas.
12 Por eso, a los sacerdotes les corresponderá una sección santísima de la parcela consagrada al SEÑOR, junto al territorio de los levitas.
13 También los levitas tendrán una parcela de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, a lo largo del territorio de los sacerdotes. En total, la parcela reservada tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros de ancho.
14 Como parcela escogida del país, no se podrá vender, permutar ni expropiar ninguna parte de ella, pues está consagrada al SEÑOR.
15 »La sección restante de doce mil quinientos metros de largo por dos mil quinientos metros de ancho es terreno profano. Se dedicará al uso común de la ciudad, para la construcción de viviendas y para pastizales. La ciudad quedará en el centro,
16 y medirá dos mil doscientos cincuenta metros de largo por el lado norte, y lo mismo por sus lados sur, este y oeste.
17 Los pastizales de la ciudad medirán ciento veinticinco metros de ancho alrededor de toda la ciudad.
18 A los costados de la ciudad quedará una sección, junto a la parcela consagrada al SEÑOR, que tendrá cinco mil metros de largo por la parte este, y otros tantos por el oeste. Todo lo que allí se produzca servirá de alimento para los trabajadores de la ciudad.
19 La cultivarán los trabajadores de la ciudad, sin importar a qué tribu pertenezcan.
20 Toda la parcela consagrada, incluso lo que pertenece a la ciudad, formará un cuadrado de doce mil quinientos metros por lado.
21 »El terreno que quede a ambos lados de la parcela consagrada y de la que pertenece a la ciudad, será para el príncipe. A él le tocará una parcela de doce mil quinientos metros por el lado este, hasta la frontera oriental, y doce mil quinientos metros por el oeste, hasta la frontera occidental. Todo esto quedará paralelo a las otras secciones. En el centro estarán la parcela consagrada y el santuario del templo.
22 Así mismo, la propiedad de los levitas y la de la ciudad se ubicarán entre las fronteras de Judá y Benjamín, en medio de la parcela que le corresponde al príncipe.
23 »En cuanto a las demás tribus, a Benjamín le tocará una sección de este a oeste.
24 »Debajo de Benjamín, a Simeón le tocará una sección de este a oeste.
25 »Debajo de Simeón, a Isacar le tocará una sección de este a oeste.
26 »Debajo de Isacar, a Zabulón le tocará una sección de este a oeste.
27 »Debajo de Zabulón, a Gad le tocará una sección de este a oeste.
28 »Debajo de Gad, partiendo de este a oeste, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades y el arroyo de Egipto, y hasta el mar Mediterráneo.
29 »Este es el territorio que ustedes repartirán por sorteo entre las tribus de Israel, y que será su herencia. Así quedará distribuido el territorio. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
30 »Estas son las salidas de la ciudad:»Por el norte, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros.
31 Las puertas de la ciudad tendrán los nombres de las tribus de Israel. Al norte habrá tres puertas: la de Rubén, la de Judá y la de Leví.
32 »Por el este, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de José, la de Benjamín y la de Dan.
33 »Por el sur, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón.
34 »Por el oeste, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Gad, la de Aser y la de Neftalí.
35 »El perímetro urbano será de nueve mil metros.»Y desde aquel día el nombre de la ciudad será:AQUÍ HABITA EL SEÑOR».
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